Contra los pastores asalariados

Dios Mammon
Mammon, el dios de los pastores asalariados.

El dinero y el verdadero evangelio no se mezclan.

Jesús contrapone a Dios contra Mammon (el dinero) (Mt. 6:24), y nos enseña que no podemos servir a los dos al mismo tiempo. O servimos a Dios, o servimos al dinero. El dinero es una fuerza espiritual de maldad.

Pero en los últimos tiempos ha habido pastores (avaros) que han rechazado la clara enseñanza de Jesús, y predican que el creyente, como hijo de Dios, puede y debe pedirle a Dios todo tipo de riquezas materiales, y para ello apelan al Antiguo Testamento. Y para no quedarse atrás, los pastores mismos dan ejemplo de vida fastuosa: compran trajes caros, joyas, automóviles de lujo, mansiones, etc.

Por causa de personas como éstas el evangelio está tan desacreditado hoy en día.

Estos son unos claros abusos.

Pero uno podría argumentar que los pastores solo deberían de cobrar un sueldo que les permita vivir modestamente, pero la Palabra de Dios es más radical.

Los pastores deberían de mantenerse a sí mismos, con sus propios ingresos, y no ser parásitos de la congregación.

Es más, la figura del pastor, tal como existe en muchas iglesias evangélicas, no es bíblica. El modelo de gobierno de la iglesia en el Nuevo Testamento incluye varios pastores (tambien llamados obispos y ancianos). No hay un líder absoluto al que la congregación deba doblegarse. (Ver ejemplo de Hechos 20:17,28 y Hebreos 13:17)

El pastor que cobra un sueldo está más tentado a apacentarse a sí mismo que en apacentar a sus ovejas y darles el necesario alimento espiritual. Jesús nos advierte en contra de los pastores asalariados (Juan 10:12-13).

Arjona nos dice que «Jesús odia al pastor que se hace rico con la fe». Esto, aunque parezca exagerado, es muy cierto. Imaginen la furia de un buen pastor al ver que extraños pretenden trasquilar a sus ovejas.

Jesús mostró su furia contra la mercantilización de la religión cuando volcó las mesas de los cambistas en el Templo. Jesús ODIA a los que se lucran con la palabra de su Padre. (Mateo 21:12-13)

Y uno podría pensar que los cambistas solo estaban buscando ganar sus sustento en forma honrada. Pero Jesús no piensa así. Jesús sabe que es fácil desvirtuar su mensaje espiritual con la búsqueda de ganancias, aunque sean modestas.

El apóstol Pablo nos advierte en contra de los que utilizan el evangelio como fuente de lucro:

2 Corintios 2:17 Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.

Medrar significa prosperar económicamente.

La Reina Valera de 1909 lo traduce así:

Porque no somos como muchos, mercaderes falsos de la palabra de Dios

San Pablo también se opone a la mercantilización del evangelio. El pone requisito de un candidato a obispo (pastor o anciano) que no sea avaro, que no codicie ganancias deshonestas. Rechaza a los que toman la piedad como fuente de ganancia, es decir, de los que buscan hacer dinero predicando el evangelio. Todos los pastores asalariados entran en esta categoría. Pablo, siguiendo la enseñanza de Jesús, nos advierte de la fuerza maligna del dinero.

Veamos el pasaje entero (1 Timoteo 6:3-10)

3 Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,

4 está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas,

5 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.

6 Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;

7 porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.

8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.

9 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;

10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

En la Iglesia del Nuevo Testamento nadie tenía derecho a cobrar un salario solo por predicar. Solo a los apóstoles se les reconocía una cuota de alimentación en especie, y a las personas de la comunidad cristiana que no pudieran mantenerse a sí mismas, como las viudas y ancianos.

Y un apóstol era una persona encomendada directamente por Cristo en persona para predicar el evangelio, que viajaba de una comunidad a otra fundando iglesias. (No como falsos apóstoles como Guillermo Maldonado, que sale en la televisión predicando siempre a su misma congregación).

Pero Pablo, aunque tenía derecho a vivir del evangelio, decide renunciar a ese derecho para dar un ejemplo a todos. Decide sustentarse con su propio trabajo y no ser una carga para las iglesias.

Leamos este pasaje (1 Corintios 9:1-18)

1 ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?

2 Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.

3 Contra los que me acusan, esta es mi defensa:

4 ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber?

5 ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?

6 ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar?

7 ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño?

8 ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley?

9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes,

10 o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto.

11 Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?

12 Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros?

Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.

13 ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan?

14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.

15 Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria.

16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y !!ay de mí si no anunciare el evangelio!

17 Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada.

18 ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio.

¡Qué verguenza para los pastores asalariados, avaros, en busca de riquezas!

¿Qué pasó con el ministerio de las viudas?

Los primeros cristianos se reunían en las casas. No tenían necesidad de templos lujosos. Las ofrendas que se daban no estaban destinadas a la infraestructura eclesiástica, como sucede hoy en día, que las ofrendas se dedican a pagar en gran parte a este rubro.

La iglesia tenía una función social, las ofrendas se destinaban a ayudar a las viudas, que al no poder trabajar y no tener hijos que las mantuvieran, habían quedado en situación vulnerable. La iglesia entonces, como familia de Dios, tomaba la responsabilidad de protegerlas (1 Timoteo 5:1-18).

Este ministerio podría restaurarse para ayudar a hermanos durante calamidades como terremotos e inundaciones, o hermanos en apuros económicos, especialmente en tiempos de crisis.

Para un estudio bíblico completo que demuestra que el Nuevo Testamento se opone a los pastores asalariados, véase este documento (en inglés):

Fire the Clergy!



5 comentarios

  • Anonymous

    Por favor leer
    1 Timoteo 5:17-18

  • marras

    yo no leo biblia pero se reconocer a los falsos predicadores mi esposa esta en una de esas religines o congregacion o como se les llame es dificil vivir con una persona que se a dejado envorver de una manera asi la iglecia se llama casa del padre ago un llamado si alguien podria comensar a investigar esa iglecia por que ellos estafan a la gente nosotros ya perdimos casa y lo mas importante nuestro matrimonio yo e ido dos veces y pude ver la manera de cuando predican enpiezan a envolver a la jente que si no dan diezmo u ofrenda le roban a dios y nada mas para terminar el primer pastor esta en la carcel por abuso sexsual y aun asi la gente se adejado envolver por el siguiente pastor que para coincidencio es el hermano bueno si alguien le esto espero que adviertan a otras personas la iglesia casa del padre es en portland or

  • FELIPE

    Y el Apostol Pablo también dijo que no vivía de la palabra para que no hubiese en la Iglesia frescos que quisieran aprovecharse de los hermanos «el que no quiere trabajar, que tampoco coma»
    Me siento afortunado de pertenecer a una Congregación donde los ancianos (no pastores, porque el único es Cristo) no ganan, lo se de fuente directa porque mi padre es anciano y tiene su propio trabajo, es mas muchas veces contrajo tremendas deudas para solventar grandes necesidades de otros y esa misma enseñanza nos dejó.
    Tengo una pregunta ¿existen otras denominaciones evangelicas que tengan esta misma práctica?
    Slds a todos

  • Jervis

    Si los hay, los que viven a radicalidad el evangelio son los frailes Franciscanos… ellos son desprendidos, no tienen sueldo, no tienen mujer e hijos, ayudan a los más pobres y hacen unas tremendas obras de caridad.