El curioso caso de Ingo Banghard

La bestia del ApocalipsisIngo Banghard, el alemán autor del libro La Espada de Dos Filos escribía frecuentemente en diario La Tribuna y en la revista Hablemos Claro a principios de los años noventa en Honduras.

También recuerdo que era entrevistado a menudo en una emisora local de Danlí (Radio Oriental).

Esto resulta un tanto extraño, ya que las doctrinas enseñadas por Banghard eran heréticas, por decir lo menos. Estos medios no suelen permitir la divulgación de este tipo de enseñanzas.

Tal vez ayudaba el hecho de que Banghard era algo discreto en sus escritos, tratando de no atacar en forma directa a las iglesias tradicionales. En su libro, por ejemplo, no ataca por nombre a la Iglesia Católica, pero es claro que la considera una iglesia idólatra y usurpadora. Y similar opinión tenía de las iglesias evangélicas.

Pero no deja de resultar curioso que los señores de diario La Tribuna le hayan prestado su sistema de fotocomposición para levantar el texto de su libro. El por qué de tanta colaboración con este heresiarca -el cual trabajaba como un humilde electricista, pero que creía tener una revelación especial de Dios- resulta un misterio.

Banghard creía que Dios le había revelado el secreto de la «vida eterna», y que pronto todo el mundo oiría de su persona. Su cuerpo se estaba transformando de acuerdo a un programa evolutivo ordenado por su mente por inspiración del Espíritu Santo. Él estaba experimentando intensos dolores e hinchazones. Una pelota del tamaño de un huevo de gallina se estaba formando en su espalda. Sus dientes se estaban cayendo.

Todo el sufrimiento que había experimentado por veinte años culminaría en una gloriosa transformación de su cuerpo, lo que le permitiría «vivir eternamente». Sería el primer ser humano en «resucitar por evolución» y vivir con un cuerpo joven en forma indefinida.

Banghard creía que esto era una evidencia de que las doctrinas que él enseñaba eran ciertas. Se creía el poseedor de una revelación divina excepcional que lo hacían acreedor al título de «mesías», aunque aclaraba que se consideraba un «mesías imperfecto». Creía que pronto recibiría de Dios un «cetro de autoridad», y que su mensaje conmovería al mundo entero.

Banghard no lo dice explícitamente, pero al parecer él creía ser el mesías profetizado por la Biblia: el mesías que había de gobernar a las naciones con vara de hierro, es decir, una encarnación de Jesucristo.

¿Pero por qué escogió Banghard a Honduras para divulgar su mensaje? El idioma nativo de Banghard era el alemán. Aunque escribía muy bien en español, se nota que no lo manejaba del todo, por algunos errores evidentes esparcidos en su obra. Él creía que Honduras era un país muy especial dentro de los planes divinos. Honduras, «el país donde nace la aurora», había sido objeto de una revelación divina especial en la leyenda de Comizahual recogida por Medardo Mejía.

Banghard era mormón, y creía que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días era «la única autorizada por Jesucristo» y que todas las demás iglesias eran falsas e idólatras. Pero Banghard tenía sus propias ideas.

Creía que Dios no solo se había revelado en la Biblia y en las escrituras mormonas, sino que también se había revelado a otros pueblos aborígenes de América, como los maya-toltecas de Honduras, en la leyenda de Comizahual; a los maya-quiché de Guatemala en el libro del Popol Vuh, y a los Ugha Mongulala de las selvas de Brasil en la Crónica de Akakor. También creía en la inspiración del Libro de Enoc de rabbi Ischmael ben Elischa.

Aunque debería ser obvio que las leyendas aborígenes difieren del texto bíblico, también presentan asombrosas similitudes. Esas similitudes sugieren un origen divino común. Las diferencias se explican por la teoría del «lenguaje figurativo» de los textos sagrados.

Banghard creía que muchos personajes de la Biblia, como Adán y Eva, y la flora y la fauna bíblica son en realidad símbolos de entidades colectivas formadas por seres humanos. Él dedica mucho espacio en su libro revelando este lenguaje figurativo de la Biblia, que abre las puertas del entendimiento para una nueva y fascinante comprensión de las escrituras.

Incluso Dios es una entidad colectiva formada por varios dioses. Así deben entenderse los nombres «Elohim» y «Jehová», que aunque son varios, son «uno en propósito», y esto explica las escrituras que insisten en que hay un solo dios. Banghard nos muestra escrituras que señalan que hay varios dioses. El Espíritu Santo, por ejemplo, es una entidad colectiva formada por varios espíritus puros que son asignados a cada cristiano verdadero.

Por esta razón Banghard no se siente incómodo con el politeísmo de las leyendas aborígenes, pero se esfuerza en aclarar que éstas últimas no eran idólatras, que no adoraban realmente a los astros o a las fuerzas naturales, sino que éstos solo se usaban como símbolos. La idolatría era un defecto de algunas tribus degeneradas.

Banghard cita muchos los escritos del Antiguo Testamento. Del Nuevo Testamento solo le interesan los pasajes escatológicos. Las escrituras mormonas solo las cita para demostrar que la interpretación histórica de éstas por parte de la iglesia mormona es falsa. Y se tomó el trabajo de traducir el citado libro de Enoc, que forma parte de «La Espada de Dos Filos». Banghard también cita los llamados libros deuterocanónicos o «apócrifos».

Banghard creía que Dios utiliza la violencia de la guerra para educar a la humanidad. Escribiendo en 1987, creía que la humanidad pronto sería objeto de un cambio radical al producirse un guerra nuclear, en la que las fuerzas involucradas serían la Unión Soviética, que se habría aliado con un bloque unido de países árabes, contra los países de tradición occidental, cuya cultura se funda en el legado de los griegos.

Esta guerra se produciría dentro de dos años, es decir, antes de 1990. Después de la guerra, el nombre de Ingo Banghard sería conocido mundialmente.

Pero las cosas no salieron como Banghard las vaticinaba. No ocurrió la guerra nuclear esperada, y la Unión Soviética más bien se desintegró. Los países árabes nunca se unieron como él predecía. Banghard nunca llegó a ser una celebridad mundial.

Banghard resultó ser pues un falso profeta, según los estándares del Antiguo Testamento. El admitió después que se había equivocado, pero siguió haciendo propaganda de sus ideas y de su libro.

Pero a pesar de su fracaso, considero que las ideas de su libro merecen todavía ser examinadas. Su hermenéutica del lenguaje figurativo puede abrir fecundas líneas de investigación bíblica y atraer un interés renovado en los textos bíblicos. Su crítica de la ciencia y medicina modernas puede conducir a nuevos tratamientos efectivos.

De hecho, su crítica de la medicina oficial utiliza conceptos similares a los de la «Nueva Medicina Alemana». Él consideraba que las enfermedades son parte de procesos evolutivos controlados por el cuerpo humano con propósitos definidos. En contraste con la medicina convencional, que considera que en las enfermedades el cuerpo humano actúa irracionalmente en pos de su propia destrucción.

Banghard objeta la concepción mecanicista del cuerpo humano que considera que el envejecimiento viene como resultado de un proceso de desgaste. Por el contrario, el envejecimiento está programado en la biología humana y debería ser posible reprogramarlo para «vivir para siempre».

Si hay algo que llama la atención en Banghard es el contraste entre su sectarismo mormón y su apertura a las religiones aborígenes americanas. El maniqueísmo con que clasifica a las personas en impíos y creyentes. Por eso resulta extraño como él recibe el escrito de un rabino como palabra de Dios (El Libro de Enoc de rabbi Ischmael ben Elischa), siendo que éste rechaza en forma implícita el mensaje de Jesucristo, pero no tiene escrúpulos en acusar de idólatras a las demás iglesias cristianas.

Hoy no se sabe que camino tomó Banghard. No se encuentran referencias de él en internet, apenas la ficha de su libro. Tal vez volvió a Alemania, su país de origen. Tal vez se avergonzó de su fracaso y por eso nunca volvió a salir a la luz pública.

O tal vez murió de cancer. Las mutaciones benéficas que él creía estar experimentando no eran tales.

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3 comentarios

  • Van

    Puchica, solo en fantasias de viejos cancerosos es que Honduras forma parte de planes divinos …

  • edison

    yo lo conocí murió de cáncer hace mas de 15 años si evoluciono sera en otro plano existencial no se si lo que decía era charlatanería al menos para el era real no era una persona común y corriente era especial

  • Njudoth

    Yo conocí al señor Ingo cuando era muy niña y tuve la oportunidad de leer su obra más tarde, difiero mucho de la interpretación que usted a dado a su obra, no me parece muy "cristiano" hacer burla de los demás, aunque él tuviera una opinión desfavorable de la mayoría de las religiones actuales, no es motivo para que usted lo presente como un "loco exéntrico" que se creia un mesias… Muchas de las cosas que el expone, me parecen bastante más sanas que la mayoria de las interpretaciones que se hacen de la biblia, al punto que esta, hasta me resulta menos repudiable (con el debido respeto que los creyentes tengan, pero son mis sentimientos)… Lo que no llegue a compartir con el, justamente; era su interpretacion de la medicina moderna y su concepto evolutivo, ya que la evolucion afecta a grupos poblacionales y no se presenta de manera individual como el creia, aunque es muy admirable que este señor tenia una espectativa de vida de unos cuantos meses, que logró extender por muchisimos años, aunque finalmente sucumbió… y por último yo pienso que se le debería tener más respeto a una persona que ya fallecio…