Oración a Santa Marta

Santa Marta Virgen; por el carabanchel que hoy vas a consumir; por el aceite con que se alimenta esta lámpara; y por el algodón con que se limpiaron los Santos Óleos; yo te dedico esta lámpara para que remedies mis necesidades y socorras mis miserias y me hagas vencer todas las dificultades, así como venciste las fieras bravas que tienes a tus pies; para tí no existen imposibles: dame salud y trabajo para poder cubrir mis necesidades y mis miserias.

Así Madre Mía; concédeme que F… de T… no pueda estar ni vivir tranquilo hasta que a mis pies venga a parar. Así Madre Mía; por el amor de Dios, concédeme lo que te pido para aliviar mis penas. Amén Jesús.

Santa Marta Virgen, que en el monte entraste, las fieras bravas amansaste, con tus cintas las ataste y con tu hisopo las amansaste: así Madre Mía, que no dudo que esto es la pura verdad, te ruego que amanses a F… de T…, amánsalo a F… de T…, amánsalo a F… de T…

Santa Marta, que no lo dejes en silla sentar, ni en cama acostar, y que no tenga un rato de sosiego hasta que a los pies míos venga a parar.

Santa Marta, óyeme, atiéndeme, por el amor de Dios.

Tres Ave Marías.

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Oración al arcángel San Rafael por el amor de una persona

San Rafael es en la tradición bíblica uno de los arcángeles que están en la presencia de Dios, y le cantan alabanzas sin cesar.

Es el ángel del amor conyugal y de la salud, tanto en la Iglesia Católica, como en la Iglesia Ortodoxa.

El santo patrón de los jóvenes, parejas comprometidas, esposas, farmacéuticos, educadores, viajeros y refugiados. En la iconografía cristiana sus símbolos son el pescado y el vaso de medicinas.

Rafael es el tercer arcángel del que hablan las Sagradas Escrituras.

Rafael es el guía y defensor del joven Tobías, enviado por Dios para ayudarlo en la tarea que le encomendó su padre entonces ciego para recoger el crédito que él había dejado en una ciudad de Media. En el viaje, Rafael procura a Tobías un matrimonio feliz con la joven Sara, la curación de la misma de los tormentos del diablo y la curación de la ceguera del padre de Tobías.

Solo al final de su misión, antes de dejarlos para regresar al cielo, él se revela, declarándose a sí mismo como «uno de los siete espíritus que siempre están listos para entrar en la presencia de la majestad del Señor» y encomendando escribir lo sucedido. (Wikipedia italiana).

Esta oración debe hacerse a la luz (encendida) de una vela blanca.

La oración comienza con el signo de la cruz:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
«Señor Dios, Jesús misericordioso y todopoderoso eterno.
En el cielo le dijiste a Adán y Eva: «Fructificaos y multiplicaos».
Tú que creaste el universo por amor. Tú, que eres el Amor Eterno, te ruego que pongas tu mirada en este humilde pecador que peca y se arrepiente, que implora la gracia de nunca perder el amor de (nombre del ser amado).
  Ten piedad de mí, Señor, por el amor mío, por el amor al Padre celestial, ya que estamos hechos a tu imagen y semejanza. Sabes que el amor es una ley universal que gobierna y dirige todas las cosas y anima a los seres.
Glorioso ángel San Rafael, tú que eres el patrón de las criaturas que aman sinceramente, intercede a mi favor ante el que tiene el trono más alto, tú que siempre estás presente ante el Dios Todopoderoso.
Aléjalo (nombre de él) de las malas compañías, aléjalo de los caminos de la perdición, haz que se convierta en mi fiel y sincero amigo, amor y amante.
San Rafael, sopla en su corazón, ilumina su mente para que (nombre de él) vea en mí a tu criatura devota y humilde que le dará felicidad en la tierra y después de haber cumplido nuestra misión en la Tierra, con el tiempo, a la hora de nuestra hora, podremos cantar alabanzas a Dios juntos en el cielo por su infinita bondad y misericordia».

Signo de la cruz… agradezca y rece a san Rafael.
Esta oración debe hacerse solo cuando realmente necesitamos la intercesión del santo y podemos repetirla si es necesario. No abusemos de ella porque es evidente que sin fe o abusando de ella podría no funcionar.¹