Versículos Bíblicos sobre el Amor y la Amistad

Dios es amor.
–Apóstol San Juan. (I Juan 4:7)

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
–Jesús (Juan 3:16)

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
–Jesús (Mateo 22:37-40)

Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
–Apóstol San Juan (1 Juan 4:7)

Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos.
–Jesús. (Juan 15:13)

El perfecto amor echa fuera el temor.
–Apóstol Juan (1 Juan 4:18)

Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros.
–San Pablo. (Romanos 5:8)

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
–San Pablo (Romanos 8:35-39)

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.
–San Pablo (1 Corintios 13:4-8)

Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
–San Pablo (Efesios 3:17-19)

Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.
–San Pedro (1 Pedro 4:8)

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. «Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne». Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.
–San Pablo (Efesios 5:26-33)

Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre.
–Apóstol San Juan (Apocalipsis 1:5)

Con amor eterno te he amado, por tanto, te prolongué mi misericordia.
–Jehová (Jeremías 31:3)

Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor; duros como el Seol los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama. Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían.
–Salomón (Cantares 8:6-7)

Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que de buey engordado donde hay odio.
–Salomón (Proverbios 15:17)

En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.
–Salomón (Proverbios 17:17)

El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano.
–Salomón (Proverbios 18:24)

Más maravilloso me fue tu amor que el amor de las mujeres.
–Rey David (2 Samuel 1:26)

La palabra suave multiplica los amigos (y calma a los enemigos) y la lengua que habla el bien multiplica las respuestas amables. Procura tener paz con muchos; pero consejeros, de mil, solo uno. Si buscas tener amigo, que sea probado; no confíes en él demasiado pronto, porque hay quien es amigo a su conveniencia y en el tiempo de tu adversidad no será constante. Y hay también una clase de amigo que se vuelve enemigo y en la disputa te pondrá en vergüenza. Existe, además, el amigo para ser compañero de mesa; en el día de tu aflicción no será constante. En tu prosperidad será como tú y en tu casa dará con libertad. Pero si te viene alguna calamidad, estará en tu contra o se esconderá de ti. De tus enemigos te aparta y de tus amigos te guarda.
El amigo fiel es seguro amparo: el que lo tenga, halló un tesoro. El amigo fiel no tiene precio, su valor es incalculable. El amigo fiel es medicina de vida y los que temen al Señor lo hallarán. El que teme al Señor hará buenas amistades, porque su prójimo será como otro él.
-Sirácides (Eclesiástico 6:5-17)

No cambies a tu amigo por ninguna cosa preciosa, ni al verdadero hermano por oro de Ofir. No pierdas la mujer sensata y buena (con la que te casaste en temor del Señor), porque la gracia (de su honestidad) vale más que el oro.
-Sirácides (Eclesiástico 7:18)

¿Tienes mujer conforme a tu corazón? No la repudies, pero de la que te aborrece, no te fíes (de todo tu corazón).
-Sirácides (Eclesiástico 7:26)

No seas celoso de la mujer de tu regazo, ni enseñes contra ti mismo tan mala conducta. No entregues tu alma a una mujer, no sea que ella te supere en fuerzas (y te domine). Con mujer ramera no tengas trato, no sea que caigas en sus trampas.
-Sirácides (Eclesiástico 9:1-3)

No dejes a un viejo amigo, porque uno nuevo no se le iguala. El amigo nuevo es como el vino nuevo: si se añeja, lo beberás con alegría.
-Sirácides (Eclesiástico 9:14-15)

En todo lo posible, examina a tu amigo y consulta con los sabios. Hombres justos sean tus invitados y que el temor del Señor sea tu motivo de alabanza. Conversa con los prudentes y todo lo que propongas para conversar sea según la ley del Altísimo.
-Sirácides (Eclesiástico 9:21-23)

Al amigo no se le conoce en la prosperidad, ni el enemigo puede esconderse en la adversidad. En el bienestar del hombre sus enemigos se entristecen y en sus males hasta el amigo se apartará de él.
-Sirácides (Eclesiástico 12:8-9)

El rico, cuando se tambalea, es sostenido por sus amigos, pero cuando el pobre cae, sus amigos más bien lo empujan.
-Sirácides (Eclesiástico 13:24)

Antes de morir haz bien a tu amigo y, según tus fuerzas, dale generosamente.
-Sirácides (Eclesiástico 14:13)

El que punza un ojo hará brotar lágrimas y el que punza un corazón hará brotar sentimientos. El que tira piedras a las aves, las espantará y el que ofende a un amigo romperá la amistad.
Si has desenfundado el cuchillo contra un amigo, no te desesperes, porque es posible rehacer la amistad. Si has abierto tu boca contra un amigo, no tengas miedo, porque es posible la reconciliación; excepto si se trata de desprecio, soberbia, revelación de secretos o herida a traición, porque en estos casos todo amigo huirá. Mantén tu fidelidad a tu amigo en su pobreza, para que en su bienestar tengas alegría. En el tiempo de la aflicción permanece con él (con fidelidad), para que también en su herencia la compartas con él.
-Sirácides (Eclesiástico 22:26-27)

De amparar al amigo no tendré vergüenza, ni de su rostro me esconderé.
-Sirácides (Eclesiástico 22:30)

Bienaventurado es el marido de la mujer buena: el número de sus días será duplicado. La mujer fuerte deleita a su marido y él vivirá en paz todos los años de su vida. La mujer buena es una gran herencia; como porción de los que temen al Señor le será dada (al varón por los buenos hechos).
-Sirácides (Eclesiástico 26:1-3)

Como caballo semental es el amigo escarnecedor, que relinchará bajo cualquier jinete.
-Sirácides (Eclesiástico 33:6)

Ni al hijo ni a la esposa, ni al hermano ni al amigo permitas que tenga dominio sobre ti en tu vida; ni tus bienes des a otro, no sea que te arrepientas y los vuelvas a pedir con ruegos.
-Sirácides (Eclesiástico 33:20)

La hermosura de la mujer alegra el rostro de su marido y sobrepasa a todos los deseos del hombre. Si manifiesta en sus palabras misericordia, mansedumbre y bondad, su marido no se compara con los otros hombres. El que tomó esposa comenzó una fortuna; tiene ayuda semejante a él y el apoyo de su descanso.
-Sirácides (Eclesiástico 34:26)

Todo amigo dirá: «Yo también soy amigo de él»; pero hay amigos solo de nombre. ¿No es dolor que perdura hasta la muerte el compañero y el amigo que se volvió enemigo? ¡Maldito pensamiento! ¿De dónde saliste para llenar la tierra de engaño y de maldad? El compañero vive con el amigo en el tiempo alegre, pero en el tiempo de la aflicción se convertirá en adversario. El compañero trabaja junto con el amigo por causa de la comida, pero tomará el escudo contra él como contra un enemigo. No se olvide tu corazón del amigo, ni en tu prosperidad pierdas el recuerdo de él.
-Sirácides (Eclesiástico 37:1-6)

Todas las citas bíblicas están en la versión Reina-Valera de 1960, exceptuando el libro de Eclesiástico, cuyas citas fueron tomadas de La Biblia del Siglo de Oro.

Ver también:

* Versículos bíblicos de paz y tranquilidad

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5 ejemplos de amistad en la Biblia

Hay tres tipos de amor: amor ágape (entre nosotros y Dios), amor eros (entre un hombre y una mujer) y el amor philia, que es el que nos interesa aquí, en lo que se refiere a la amistad. La amistad es una relación muy hermosa, cuyo valor, lamentablemente, muchos descuidan. Sin embargo, la Biblia está llena de maravillosas e inspiradoras historias de amistad que todos soñamos tener en la vida.

1) David y Jonatán

La historia de David y Jonatán es desde nuestro punto de vista, la historia más hermosa de amistad en la Biblia. La relación entre los dos hombres fue tan apasionada que algunas personas la malinterpretaron diciendo que ambos eran homosexuales. Sin embargo, sabemos que esto estaba lejos de ser el caso, a pesar de la profundidad de su apego. Cuando aún era joven, trajeron a David a la corte y lo criaron con Saúl. Jonatán, el hijo mayor de este último, desarrolló una fuerte relación con David:

«Tan pronto como David terminó de hablar con Saúl, Jonatán se apegó a David y lo amó como a sí mismo. Ese día, Saúl detuvo a David y no lo dejó regresar a la casa de su padre. Así que Jonatán hizo un pacto con David, porque lo amaba como a sí mismo. Jonatán se despojó de la capa que llevaba y se la dio a David, así como su ropa, e incluso a su espada, su arco y su cinturón. (1 Samuel 18)

Jonatán apreciaba tanto a David que no dudó en protegerlo de los ataques de su propio padre. El hebreo dice exactamente que lo amaba como a su alma, lo que demuestra la naturaleza apasionada de su amistad. Si la amistad de David y Jonatán es famosa, también es porque su final es trágico: David debe huir ante la furia de Saúl y los dos amigos se separan. Esta separación es conmovedora porque la Biblia enfatiza la gran tristeza de cada uno de ellos. Cuando David se entera de la muerte de Jonatán al comienzo del segundo Libro de Samuel, el rey está infinitamente triste. Él está desgarrado por la muerte de su amigo y pronuncia este panegírico: «Jonatán, estoy afligido por tu muerte, mi corazón está compungido por ti, mi hermano Jonatán. Fuiste deliciosamente querido para mí, tu amistad fue más maravillosa que el amor de las mujeres«. La amistad de David y Jonatán fue una amistad sacrificial cuya importancia se colocó por encima del amor eros (entre un hombre y una mujer).

2) Jesús y Juan

Uno de los discípulos que tuvo una relación privilegiada con Jesús fue, sin duda, Juan. Nada alterará su amistad, ni siquiera los celos de ciertos discípulos. En efecto, la Biblia dice que Juan fue el que se recostó en el pecho del Señor (Juan 13:23). Jesús consideró a todos los discípulos como sus amigos, pero la única persona que Biblia dice que amó fue a Juan. Las últimas palabras de Jesús dan testimonio del poder de su amistad:

Jesús, viendo a su madre y con ella al discípulo que amaba, dijo a su madre: Mujer, he aquí tu hijo. Luego le dijo al discípulo: «He aquí tu madre. Y desde ese momento el discípulo se la llevó a casa» (Juan 19:26).

En su agonía, Jesús le pidió a Juan que cuidara de su madre y a ésta de aceptarlo como a su propio hijo, integrándolo en su propia familia. Tres mujeres y un solo hombre tuvieron el coraje de ir a los pies de la cruz, mostrando que Jesús tenía un lugar especial en el corazón de Juan. Además, en la mayoría de las representaciones artísticas de la Última Cena, Juan está sentado junto a Jesús, con la cabeza apoyada a menudo sobre su pecho. ¡Esta amistad no fue de ninguna manera superficial y fue capaz de permanecer igual no solo en los buenos momentos sino también en los malos!

3) Pablo y Bernabé

Al comienzo del libro de Hechos, la Biblia evoca el nacimiento de las primeras asambleas. Es en este contexto que escuchamos por primera vez de Bernabé, uno de los compañeros de trabajo del apóstol Pablo. Bernabé era un chipriota llamado José. Después de su conversión, se fue a Jerusalén. Allí, los apóstoles que presenciaron su crecimiento espiritual lo llamaron Bernabé, que significa «hijo de consolación». Los caminos de Pablo y Bernabé se cruzan cuando Pablo decide ir a ver a los discípulos. Estos últimos, sin embargo, no sabían que se había convertido y tenían en mente su conducta antes de su conversión. Pablo estaba profundamente angustiado, pero Bernabé se comportó con él como un verdadero amigo. Lleno de solicitud fraterna, llevó a Pablo para presentarlo a los discípulos y lo hizo sentir bienvenido (Hechos 9:27). En Antioquía, se creó una profunda amistad entre Bernabé y Pablo. Trabajaron juntos para desarrollar las primeras asambleas cristianas. Su colaboración duró muchos años. Si Bernabé hubiera juzgado a Pablo por su pasado, nunca podrían haber evangelizado juntos y realizado la maravillosa obra que el Señor les había confiado.

4) Rut y Noemí

El libro de Rut cuenta la historia de dos mujeres, Noemí y su nuera Rut, viudas, que se apoyaban mutuamente en sus desgracias. Rut es uno de los mejores ejemplos de fidelidad e integridad en la Palabra de Dios. Aunque no había nada más que la vinculara con Noemí, ella le dijo: «No tengas prisa por abandonarme. Déjame ir contigo. Adonde vayas, iré, adonde vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Donde mueras, moriré y allí seré enterrada» (Rut 1:16). La fidelidad y la bondad del alma de la joven llegaron incluso a los oídos de su futuro esposo Boaz, quien la felicitó: «Me dijeron todo lo que hiciste por Noemí. Te mostraste muy buena con ella. Sé que dejaste a tu padre, a tu madre y a tu país para vivir con gente que no conocías antes. ¡Que el Señor te recompense!» (Rut 2:11). Rut era la nuera de Noemí, pero eso no le impidió desarrollar una verdadera amistad con su suegra. Así que cuando se casó con Boaz, Noemí estaba feliz como si fuera su propia hija.

5) Job y Eliú

En su angustia, Eliú era el único amigo de Job que no lo juzgaba ni le daba buenos consejos. Sabemos que era el más joven de sus amigos. Mientras todos discutían la situación de Job, Eliú no se atrevía a imponerse por temor a parecer insolente ante sus mayores. Sin embargo, llegó un momento en que se enojó con Job porque éste decía ser justo ante los ojos de Dios, pero también con sus tres amigos que no habían encontrado la forma de responderle y que habían así condenado a Dios. Eliú fue el que probó ser más sabio. Sabiendo que no era perfecto, no menospreció a Job y simpatizó con su sufrimiento. Le habló como a un verdadero amigo al mostrarle que lo que dijo no era equilibrado y justo. De este modo, le ayudó a comprender que su concepción de la justicia no era la de Dios y que, en todas nuestras situaciones, él seguía siendo soberano. Eliú ayudó mucho a Job a calmar su corazón y, posteriormente, a escuchar el mensaje del Señor.

También nosotros debemos rodearnos de Jonatán, Eliú, Rut, Bernabé o Juan, los cuales no serán obstáculos en nuestras vidas, sino verdaderos apoyos y ayudas para cumplir la misión que Dios tiene para cada uno de nosotros.¹

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¿Qué dice Dios sobre el noviazgo?

Dios no dice nada sobre el noviazgo en la Biblia, pero habla mucho acerca de las relaciones y de cómo la gente debe comportarse antes del matrimonio.

La Biblia no habla nada sobre el noviazgo por una razón muy simple: el «noviazgo» es un concepto muy reciente, y no existía en la forma en que lo conocemos hoy cuando la Biblia fue escrita. En la Biblia vemos que las personas entran en una de estas categorías: amigos/hermanos en Cristo, prometidos, o casados. O sólo existía amistad, o bien el compromiso era serio.

Pero nosotros podemos deducir algunos principios teológicos, que encontramos en la Biblia, y que pueden ayudarnos a entender lo que Dios espera de los novios.

1. El noviazgo debe tener un objetivo: el matrimonio

Una relación romántica no debe iniciarse con otro objetivo que no sea el matrimonio. Esto no significa que todos los noviazgos van a terminar en matrimonio, pero significa que cuando dos cristianos inician una relación, ellos no deben estar pensando sólo en divertirse, «sólo para ver en lo que va a terminar», o porque «todo el mundo está haciendo lo mismo». Las personas involucradas deben aprovechar ese tiempo para conocerse aún mejor, teniendo a la vista una posible unión eterna.

2. Los cristianos no deben entrar en noviazgo con no cristianos

Muchas personas consideran esta idea como muy retrógrada, pero la enseñanza bíblica es muy clara. Alguien que ya nació de nuevo no debe buscar una relación romántica de intimidad con un no cristiano (2 Corintios 6:14).

La idea es muy fácil de entender. Un creyente y un incrédulo van a tener puntos de vista muy diferentes sobre varios aspectos de la vida. Si el objetivo del noviazgo debe ser el matrimonio, si dos personas tienen una visión de la vida tan diferente, un matrimonio verdaderamente feliz será por lo menos muy difícil, y en algunos casos hasta imposible. Es cierto que algunas veces sucede que el incrédulo se convierte, pero no confíe en esa posibilidad. Sea amigo. Hable de Jesús. Ayude. No se involucre en una relación romántica.

3. Encuentre a la persona adecuada

No sirve de nada salir solo por salir con una persona. Es importante sentirse físicamente, mentalmente y espiritualmente atraído por la otra persona. También es importante que los dos concuerden en los asuntos más importantes, especialmente en los asuntos teológicos, y en lo que creen que Dios quiere para sus vidas (Amós 3: 3).

4. Comience por la amistad

La Biblia tiene mucho que decir sobre la amistad (especialmente en el libro de Proverbios, pero no sólo ahí), y ahí es donde todo debe comenzar. Guarde su corazón. No se entregue totalmente a alguien que no es su esposo o esposa. La intimidad emocional también debe ser guardada para los que buscan el matrimonio. Así, si la relación no funciona, los corazones de los dos serán librados de un sufrimiento que podría ser mucho mayor.

5. Espere el momento adecuado

No empiece un noviazgo si usted no está en una fase de su vida en que el matrimonio no es una posibilidad real a medio / corto plazo. La Biblia habla de ello en los Cantares de Salomón (Cantares 8:4). Hay un momento adecuado para despertar el amor. Ore por este asunto, y junto con sus padres y líderes de su iglesia, vea si usted está preparado para un noviazgo. Si ya es adulto, busque al menos el consejo de matrimonios más maduros en la fe que usted, ellos le ayudarán a entender si es la decisión correcta.

6. Mantenga la pureza

«¿Cuáles son los límites en el noviazgo en términos de intimidad física?» o «¿Hasta dónde podemos llegar?» son preguntas erróneas y normalmente revelan que la persona que las hace está con mucha voluntad de sobrepasar los límites. La Biblia nos dice que hay que huir de la inmoralidad sexual (1 Corintios 6:18), no jugar con ella. El acto sexual es un regalo de Dios para ser disfrutado por una pareja que ya se ha comprometido enteramente el uno al otro, ante Dios y ante la sociedad. No sirve hablar de lo que se puede o no se puede hacer, pero cualquier cosa que esté colocando a los dos en el camino hacia la intimidad sexual tiene que ser evitada.

7. Ponga a Dios en primer lugar

En todo esto, Dios debe ocupar el primer lugar en la vida de cada una de las personas involucradas. Dar más importancia a la otra persona o incluso a la relación en sí misma más que a Dios, es incurrir en el pecado de idolatría. En todos los momentos de nuestra vida nuestra relación con Dios es la más importante de todas, y es esa relación la que va a definir el éxito de todas nuestras otras relaciones, ya sea de amistad, noviazgo, o matrimonio.²