Oración a la Divina Providencia

Divina Providencia, que riges los destinos del mundo, sin cuya voluntad no se mueve la hoja de un árbol, y cuya solicitud viste a los lirios del campo y no desampara ni al más pequeño gusano: míranos con ojos de misericordia y guárdanos siempre bajo tu paternal cuidado.

Derrama sobre nosotros y sobre los nuestros, presentes y ausentes, sobre nuestro hogar, sobre nuestra familia, sobre nuestra casa, sobre nuestros bienes, proyectos y trabajos, la eficacia de tus bendiciones y favores.

Danos el pan, el techo, el abrigo y la salud, provee a todas nuestras necesidades del cuerpo y del alma.

Conserva la unión, la paz y tranquilidad entre nuestra familia; procúranos el trabajo honrado y suficiente para satisfacer las necesidades nuestras y las de aquellos que nos han confiado.

Apártanos del mal; defiéndenos en los peligros. Protege nuestra honra, presérvanos del pecado. Asístenos en toda hora, principalmente en el trance de la muerte: Guíanos en la vida y más tarde recíbenos en la eternidad.

Divúlguela para que sus deseos sean concedidos.

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¡Oh Divina Providencia!

Nada es más bondadoso y adorable que Tú, que alimentas maternalmente al ave del cielo y la flor del campo: ¡A los ricos y a los pobres!

¡Tú abres los caminos de Dios y cumples los grandes designios de Dios en el mundo! ¡En ti está toda nuestra confianza, o Santa Providencia del Señor, porque tú nos amas mucho más de lo que nos amamos a nosotros mismos!

Con la ayuda divina, no quiero investigarte más, ya no quiero atarte las manos: ya no quiero paralizarte; sino que solo quiero abandonarme por completo en tus brazos, sereno y tranquilo.
¡Haz que te tome como eres, con la simplicidad del niño, con esa amplia fe que no ve límites!

¡Divina Providencia!
Dame a mí, pobre siervo y zapatero remendón tuyo, y a las almas que rezan y trabajan en silencio y sacrificio de vida en torno a los pobres, da a nuestros queridos benefactores la grandeza de corazón, de caridad que no mide el bien con el metro, ni va con cálculo humano: la caridad que es suave y dulce, que hace todo para todos: que pone su felicidad en ser capaz de hacer algo bueno por los demás en silencio: la caridad que edifica y unifica en Jesucristo con sencillez y candor.

¡Oh Santa Providencia Divina!
Inspiradora y madre de la caridad que es el uniforme de Cristo y sus discípulos: anima, conforta y recompensa ampliamente en la tierra y en el cielo a los que, en el nombre de Dios, hacen de padre, madre, hermanos y hermanas de los infelices.¹

(San Luigi Orione)

Invocaciones a la Divina Providencia

Invocaciones compuestas con expresiones tomadas de los escritos de San Giovanni Calabria.

Divina Providencia, Madre tierna, míranos.
Divina Providencia, Madre amorosa, sonríenos.
Divina Providencia, Madre providente, asístenos.
Divina Providencia, haz que podamos vivir y morir abandonados en tu seno materno.
Divina Providencia, Madre vigilante, permanece siempre a nuestro lado.
Divina Providencia, Madre adorable, acoge a los nuestros hoy.
Divina Providencia, Madre admirable, haznos dignos de ser tus hijos.
Divina Providencia, Madre inefable, ayúdanos a trabajar para nuestra santificación.
Divina Providencia, Madre buena, confórtanos y consuélanos.
Divina Providencia, Madre misericordiosa, haz que vivamos la vida de fe.
Divina Providencia, Madre misteriosa, permanece siempre cercana, propicia y benigna en nuestra vida.
Divina Providencia, Madre grande, haz que busquemos el santo reino de Dios y su justicia.
Divina Providencia, Madre benéfica, concédenos la gracia de amar cada vez más a las almas.
Divina Providencia, Santa Madre, concédenos la gracia de amar a Jesús más y más.
Divina Providencia, Madre rica, haz que vivamos en tu corazón.
Divina Providencia, Madre de brazos y manos amorosas, permítenos abandonarnos ciegamente en ti.
Divina Providencia, Madre de las manos absolutas, haznos vivir plenamente en ti.
Divina Providencia, Madre de las alas benéficas, extiende tu manto por encima de nosotros.
Divina Providencia, Ángel del Amor, ayúdanos a experimentar el amor de Jesús.
Divina Providencia, Ángel de la paz, haz que el santo temor de Dios reine en nuestros corazones.
Divina Providencia, Ángel de la consolación, cuídanos y protégenos.
Divina Providencia, Ángel de la concordia, une siempre nuestros corazones en la caridad.
Divina Providencia, Ángel del santo ejemplo, haz que nos volvamos evangelios vivientes.
Divina Providencia, Gran Señora del Bien, consúmenos en el amor por Jesús y por las almas.
Santa Providencia de admirables diseños, vuelve dóciles a tus instrumentos.
Santa Providencia de misteriosos diseños, haz que seamos como barro en tus manos.
Santa Providencia, de sabios diseños, haz que cooperemos con humildad y obediencia.
Santa Providencia de la acción munificente, fortalece nuestra fe.
Santa Providencia, rastro del surco de la vida, guía e ilumina nuestro viaje.
Santa Providencia, perfume de Jesús, derrama tus gracias sobre nosotros.
Santa Providencia, guía de la Nave de Jesús, muéstranos el camino en la tormenta.
Santa Providencia, que preparas la hora del triunfo de Cristo y de la Iglesia, ilumina nuestro tiempo.
Santa Providencia, que todo diriges y gobiernas con cuidado, haz que veamos en todo tus disposiciones amorosas.
Santa Providencia, que nos miras y sostienes, haznos fuertes en la vocación.
Santa Providencia, que entristeces y consuelas para nuestro bien, haz que podamos entender tu idioma.
Santa Providencia que pruebas, pero no abandonas, ayúdanos a ser fieles y generosos en las pruebas.
Santa Providencia, madrina de la Obra, cuídanos.
Santa Providencia, base granítica de la Obra, sostén tu Casa.
Santa Providencia, programa granítico de la Obra, haznos fuertes y perseverantes en ti.
Oh María, Madre de la Divina Providencia, ayúdanos a cumplir cada vez más los deseos de Jesús.²