Cómo saber quién fue usted en su vida anterior
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De pronto sabemos que esta no es nuestra primera vida
Era una muchacha activa y alegre y disfrutaba plenamente del viaje que había iniciado con sus padres.
Como todos los jóvenes ella no tenía pasado, ni prácticamente recuerdos y todo en ella era un futuro luminoso.
Llegaron ella y los padres a la pequeña aldea griega, llena de sol y antiguas viviendas pintadas de cal viva, que brillaban bajo el calor del astro rey y bajo un cielo de clarísimo azul.
De pronto la pequeña niña se llevó una mano a la frente y buscó el apoyo del brazo materno, como si hubiera sufrido un vahido.
—Eliana… ¿qué te sucede? Tal vez has estado bajo el sol demasiado tiempo… dijo la madre.
—Sí… sí, tal vez mamá, pero… he tenido una sensación extraña y no creo que se deba al sol.
—¿Qué has sentido?
—No sé… siento que ya he estado aquí.
—Tonterías, tú sabes que es la primera vez que visitamos Grecia.
—Sí, pero… oh, si cuando demos la vuelta a la esquina vemos un enorme árbol. Allí en el tronco hay inscritas unas iniciales casi borradas por el tiempo. Siguiendo algunas yardas hallaremos una casa con dos grandes ventanas de reja y en una de las columnas veremos un león de piedra…
—Definitivamente el sol te ha hecho mal. ¿Cómo puedes saber esto?
—No lo sé, mamá, pero estoy segura de lo que digo…
—Pues nada se pierde con comprobar —dijo el padre abriendo la boca por primera vez.
Y así lo hicieron, y con un asombro rayano en el terror pudieron ver no solo que la niña de 14 años tenía razón en cada uno de los detalles, sino que agregaba otros que comprobaban con sólo caminar.
Era exactamente el lujo de detalles que puede dar no quien ha hecho una visita anterior, sino… el que ha vivido una vida anterior, en la cual cada etapa se halla ligada a un lugar y un recuerdo.
Créalo usted o no, este relato es verdadero y no producto de ficción, y lo que es más, hay miles de relatos como este que parecen probar sin lugar a dudas, que hemos vivido varias veces.
La Reencarnación
La idea de la reencarnación, aunque ajena al moderno cristianismo es común a todas las religiones y algunos expertos creen que el famoso dicho del propio Jesús de Nazareth, en el sentido de que para ser como Él «deberéis volver a nacer», haría alusión a la doctrina de las reencarnaciones que es común a los hindúes y a los budistas.
La teoría de la reencarnación afirma, dicho en palabras someras, que el ser humano encuentra castigo y premio en sus vidas sucesivas y cuando llega a un nivel deseable de evolución ya no está inmerso en la llamada rueda de las reencarnaciones.
Sin embargo, antes de llegar a tal nivel de evolución, el ser humano debe de vivir vidas sucesivas, que son fuente de experiencia y en las cuales quedan pagadas las deudas kármicas.
El Karma
La ley del Karma es simplemente la variante espiritual de la Ley de Causa y Efecto. Todo acto positivo aliviará la deuda kármica, en tanto que todo acto negativo no hará sino fortalecer la cadena de las reencarnaciones que nos atan al plano terrestre.
Cómo averiguar nuestras anteriores reencarnaciones
Cuando una persona renace, su espíritu conserva la experiencia kármica de las encarnaciones pasadas y por ello es más y más evolutivo y avanzado, pero su mente no las recuerda en absoluto, salvo que por un momento fugaz algo alce el velo del olvido.
Tal es el caso de la joven que antes relatáramos y el de muchos que tienen la vívida experiencia de haber vivido antes.
¿Sólo entonces podemos confiar en la casualidad para alzar el velo que cubre nuestras existencias pasadas?
NO, y hay varios métodos para recordar las anteriores vidas.
Muchos investigadores psíquicos practican el método de la hipnosis mediante el cual, una persona sometida a un trance hipnótico puede ir retrocediendo en el tiempo con su mente, año tras año, y llegar a la infancia para luego atravesar el abismo y encontrarse con los recuerdos de su vida anterior.
En ciertos casos una persona puede llegar a hablar el idioma de su previa vida hasta poner en práctica un arte que jamás ha aprendido en esta vida, como el de la música o la pintura.
Hay otros métodos como el de la meditación y aún más efectivo el de programar los sueños.
Se puede alcanzar el estado de duermevela o sea, ese peculiar estar dormido y despierto al mismo tiempo, deseando retroceder al pasado remoto.
Mediante este sistema muchas personas han tenido acceso a las vidas previas y han recordado cosas asombrosas.
Como en cualquier otra capacidad el recuerdo de las vidas previas requiere o bien la participación de un experto hipnotista, o bien la meditación práctica una y otra vez.
Las personas que recuerdan con más o menos claridad sus otras vidas generalmente experimentan una sensación de gran paz al comprobar que la vida en verdad es eterna y que la muerte no es sino el preludio a un nuevo nacimiento.
Así mismo, del recuerdo de los errores cometidos, podemos extraer el caudal de enseñanzas necesario para vivir bien nuestra presente vida, y aliviar así nuestra deuda kármica.
Tomado de la Revista «Cultura» de Honduras. No. 69, año 1987.