La oración de los Siete Evangelios

Este texto de la oración de los siete evangelios fue recopilado en Nicaragua, y es posible que sea originario de ahí. Es un muro de texto, sin separación de párrafos, sin uso adecuado de la puntuación y mal redactado, pero es interesante. Es una oración de protección contra los enemigos. También es una oración para triunfar en mesas de juego y hasta para robar una casa de habitación de noche sin ser detectado.

El texto empieza declarando que goza de «licencia eclesiástica», pero el carácter heterodoxo del texto salta a la vista desde el título: «Los Siete Evangelios». Es bien sabido que sólo hay cuatro evangelios aprobados por la Iglesia como parte de la Biblia: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Existen otros evangelios fuera de estos, pero se les considera apócrifos, como el Evangelio de Judas. El autor de esta oración no parece referirse a los evangelios apócrifos, porque sólo menciona a San Juan Evangelista como autor de los Siete Evangelios. Existe un evangelio apócrifo de Juan, pero solo es uno, con el canónico serían dos, y no se ajusta la cuenta de siete.

Ya desde la primera línea tenemos un problema, cuando se dice «nació el Padre Eterno y los Siete Evangelios», cuando Dios Padre, siendo eterno, es decir: habiendo siempre existido, no puede haber nacido. Cristo nació porque fue encarnado, pero Dios Padre nunca fue encarnado.

Lo peor es cuando dice «bendito sea el Padre Eterno y no tan poderoso», lo que a primera vista es una blasfemia, Dios Padre es Todopoderoso por definición. Pero más adelante dice: «Omnipotente Dios Supremo que infundes con gran sabiduría al Padre Eterno». Aquí parece sugerir que hay un Dios más allá de Dios, lo que sugiere el rastro de una herejía gnóstica. El Padre Eterno no sería el Dios verdadero, sino un demiurgo.

Que la oración es relativamente reciente se observa cuando hace referencia a armas de fuego, y parece inspirarse en oraciones como la del Justo Juez y la del Arte de Santiago. Incluso se hace uso del voseo típico en Centroamérica al tratar a san Juan Evangelista de ‘vos’: «vos San Juan Evangelista que fuiste librado…»

Otra pista sobre el origen de la oración se da con el uso de la palabra ‘carlanca’, que en el diccionario de la Real Academia Española aparece registrado como un hondureñismo.

El carácter supersticioso de la oración es evidente, porque sugiere que sólo con portar la oración o rezarla es suficiente para ser librado de los enemigos. También se hacen fetiches de ciertos objetos relacionados con Cristo, la Virgen, los Santos y el culto sagrado: los Siete Evangelios, la propia oración de los Siete Evangelios, la piedra de Ara, la Cruz de Jesucristo, la Hostia consagrada, el bronce del Santo Sepulcro, la leche de María Santísima, con la cual sería rociado, el manto fragante, las llaves de San Pedro y la espada de San Pablo.

Esta oración promete librarnos de dificultades y persecuciones, pero no hay ninguna garantía de ello en las Escrituras y la Tradición. Si Jesús y sus discípulos experimentaron la persecución y el martirio, no hay tampoco garantía para nosotros. San Juan Evangelista es el único de los doce discípulos de Jesús que no sufrió martirio o muerte trágica, y es por eso que el autor se dirige a él para obtener la misma gracia. El secreto de San Juan para una muerte tranquila en la vejez parece haber sido el discípulo favorito de Jesús, con el que tenía un relación más estrecha.

Oración de los Siete Evangelios

(Con Licencia Eclesiástica)

Nació el Padre Eterno y los Siete Evangelios, los que consumen los padres cuando dicen misas para que se libren sus hijos de todos sus enemigos y acompañada de la Piedra de Ara que consumen en las misas, que fue con la que taparon la sepultura donde enterraron a Cristo Nuestro Señor; no habrá hombre que me alcance; ni tropas que me ultrajen con los Siete Santos Evangelios, ojos tengan no me vean; manos tengan no me toquen; pies tengan no me alcancen; no permita la Divina Providencia, que sea abatido mi cuerpo por ninguna tentación, ni poder humano; tan seguro me hallo con Jesucristo en el vientre virginal de la Virgen María y Jesucristo de la humanidad, lo que sea contra mi persona, concédeme todos mis pedimentos que haga, ¡oh! qué contento me hallo, que dichoso me contemplara, qué gloria me consagrara, concediéndome lo que pido, ¡oh Señor Santiago de Galicia, caballero de Jesucristo si vienen mis enemigos con palos, que queden con los pies sembrados y los brazos atados, que mis enemigos sean desarmados y que no tengan para conmigo acción y sean vendados, te pido que las armas de mis enemigos no disparen fuego para mi pecho, que las balas y garrotes sean para contra los que me amenacen y las mías más ligeras, bendito sea el Padre Eterno y no tan poderoso y esta alta oración de Jesús Verbo Divino, Jesús Verbo Consagrado, la Santísima Trinidad fortalezca mi valor y me halle fuerte; que mis enemigos estén vencidos, que mi cuerpo no sea humillado, mi esperanza y mi espada sea la Cruz de Jesucristo, mi valor sea la Hostia consagrada, mi cuerpo sea cubierto con el bronce del Santo Sepulcro, mi cuerpo sea más libre con el Ave María, tres Credos a la Santísima Trinidad. Gloria al Padre Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo. Omnipotente Dios Supremo que infundes con gran sabiduría al Padre Eterno, que concediste fuera librado el género humano de grillos, esposas y carlancas y de todo lazo de sus pies y manos, ¡oh! San Juan Evangelista escribistéis tan altos Evangelios, sea liberado el hombre que anduviere con ellos pues estos Evangelios fueron probados, que libraron a San Jorge de la cárcel y de sus enemigos, ¡oh! alta Oración Princesa, que infundiste con gran sabiduría al Padre Eterno que con sólo los Altos Evangelios una gran cárcel terminaría, se abriera y dejar a tus enemigos encerrados en las bartolinas soberanas, ¡oh! alta Oración que con fe, esperanza y alma, cargar tus Siete Evangelios poderosos para ser librado de mis enemigos; que cuando ellos me toquen, con sólo cargar esta Oración o rezarla me halla defendido y ellos deben de ser rendidos a donde yo quiera que vaya, en bosques, en mares, ciudades, desierto y montañas, de día y de noche vos San Juan Evangelista que fuiste librado en los bosques y ciudades de Jerusalén y a donde yo ande, mis enemigos al llegar a un camino, con el dedo, con la mano, o con lo que yo lleve no me vean, con sólo decir paren enemigos yo, os ofrezco a San Juan Evangelista conservar siempre en mi memoria estos Siete Evangelios y cargarlos y que vayan a mi lado. ¡Oh! Dios Omnipotente que por gran misericordia dirigiste a San Juan Evangelista que sólo para el hombre que ni a la esposa le diera a saber que él andaba los Altos Evangelios para que el hombre no caiga en manos de sus enemigos. San Juan Evangelista anda acompañado conmigo y yo en medio de los dos cuando mis enemigos con sus armas, con sólo rezar esta oración que al tiempo de reñir con ellos, sea mi cuerpo cubierto de bronce; con sólo esta parte de rezarse, las puertas que sean de cerraduras o de candado, se abran, y la gente de la casa dormidos estén y no me sientan; con sólo rezar esta Oración, aunque enciendan la luz no me verán, al llegar a una mesa de juego nadie me gane ni me vea con solo rezar esta Oración, con Dios y María Santísima me lance y triunfe en las dificultades y me halle libre de los peligros de la vida; Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo; creo en la Santísima Trinidad, Gloria al Padre de la mañana con la Cruz acuesta. ¡Oh! Virgen del Carmelo con la leche de María Santísima sea rociado, con el manto fragante sea, mi cuerpo cubierto, con las llaves de San Pedro sea mi cuerpo encerrado, con la espada de San Pablo sea mi cuerpo defendido y libre de bartolina, con la Santísima Cruz en que fue crucificado Nuestro Señor Jesucristo, sea mi cuerpo defendido de cadenas y persecuciones de mis carnes y no te apartes de mi lado, por la Hostia Sagrada y la Virgen Santísima. Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Amén.

Tres Credos al Sagrado Corazón de Jesús; se ayuna Jueves Santo, Jueves de Corpus y Jueves de la Asunción.

A. M. D. G.