Oración a María Lionza
Oración a la Milagrosa Reina María Lionza
¡Oh Milagrosa Reina María Lionza!, tú que sacrificaste tu esplendorosa belleza en aras del amor a Cristo, no importándote los placeres que en la tierra tenías reservados y que Cristo, a cambio, te concedió el don infinito de remediar, curar, socorrer, abogar y consolar a tus semejantes en este mundo terreno. Pídote de rodillas y con infinita devoción, me concedas lo que aquí humildemente te ruego, si es para bien mío y gloria vuestra.
Amén
María Lionza
belleza infinita
reina corazonada
hacedme bendita.
Tu culto es la Gloria
tu nombre es María
concédeme todo
en este gran día.
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La magia de Venezuela tiene sus orígenes en la cultura india y, en particular, está vinculada al culto de María Lionza, la Gran Diosa, la Dama de los ríos. Junto con Guaicaipuro, el jefe indio y el negro Felipe, forman una trilogía de fuertes poderes sobrenaturales que en realidad combinan las tres razas básicas de este fascinante país tropical, sus tres almas: la india (Guaicaipuro), la africana (Negro Felipe) y la blanca representada por la propia María Lionza que, en la tradición, se representa con una piel clara. Bajo María Lionza actúan diferentes cortes espirituales de diferentes partes del planeta, subrayando el carácter ecuménico de esta espiritualidad de frontera abierta que abraza diferentes espiritualidades en un contexto espiritual y mágico armonioso que tiene muchas afinidades con otras corrientes como el Espiritualismo Cruzado de Cuba y la umbanda brasileña.
En la visión venezolana, todas las entidades espirituales pertenecen a la Gran Diosa, quien de un ancestro mítico divinizado termina encarnando el aspecto femenino y maternal de Dios mismo.
La figura de Maria Lionza se hunde en la leyenda. Su verdadero nombre era Yará y era una princesa, hija del cacique Yaracuy. Era una mujer hermosa de ojos verdes, fascinante y largas pestañas. Su cabello era tan negro como la noche, largo hasta la cintura y su sonrisa podía encantar incluso a los espíritus del bosque. Parece que su belleza era tal que parecía que Yara siempre estaba rodeada de flores, especialmente de orquídeas. Incluso su piel parecía respirar el aroma de esas maravillosas flores. En aquellos días una anaconda que vivía en el río que más tarde tomó el nombre de Yaracuy se enamoró de ella y decidió secuestrarla. Cuando los espíritus del bosque se dieron cuenta se pusieron furiosos y decidieron castigar al animal, hinchándolo hasta hacerlo explotar. La princesa regresó como una deidad y se convirtió en la reina de toda fuente de agua, ríos, cascadas y lagunas, convirtiéndose en el espíritu de la naturaleza misma en forma de mujer.
El culto de María Lionza tiene como objetivo combatir el mal en todas sus formas, propiciando el amor, la paz y la armonía.
Es la Reina de Sorte (en Venezuela) y el espíritu del río Yaracuy, también es considerada la madre de la raza mestiza. Cuando trabajes con Maria Lionza, debes tener el torso desnudo, sin zapatos y con un rosario o crucifijo alrededor del cuello. Trabaja cerca de los ríos y las raíces de los árboles. Vive en el bosque y en lugares donde hay mucha vegetación. Dondequiera que haya agua … está su espíritu, ya sea un río, un arroyo, un pozo, una laguna o el mar.
Oración a Maria Lionza
Madrecita, madre de la raza mestiza, yo (nombre), fiel creyente de tu poder, ruego en nombre de la Divina Providencia me ayudes, me libres de todo mal y me brindes tu santa protección, tú que has llegado hasta la Corte Celestial y presides la Corte India y estás rodeada de ángeles, arcángeles y serafines, yo (nombre) admirador y creyente en ti, pido en el nombre de Dios me irradies con amor, armonía, paz y prosperidad. Te pido, o Reina mía, te dignes guardar mi hogar y mi persona contra la envidia, la mala fe y de toda mala influencia. Concédeme la gracia que te pido (hacer petición) y me ilumines y estés siempre junto a mí. Amén. *
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El culto de María Lionza fusiona el catolicismo popular, el espiritismo kardecista, la mitología nativa y elementos africanos (de Cuba y Haití) de manera creativa y representa la historia y la realidad contemporánea de Venezuela. Se basa en la posesión por parte de espíritus que intervienen en la vida de las personas, ayudándoles a resolver sus conflictos, problemas de salud y problemas económicos.
En las últimas décadas en América del Sur, mientras que hay un declive de la religión católica, los cultos esotéricos, las religiones extáticas y de origen africano continúan propagándose (como el vudú haitiano y la santería cubana).
En Venezuela, el culto a María Lionza continúa aumentando su número de sus seguidores, extendiéndose a todo el territorio (en el que se ha difundido desde el campo de la zona central), y ha llegado a países vecinos, como Colombia y las Antillas. Se estima que hoy en día alrededor del 30% de la población venezolana participa en el culto de María Lionza.
Según Ferrándiz (1999), el culto a María Lionza puede considerarse el producto venezolano por excelencia, ya que enfatiza valores como la resistencia y la rebelión y crea la imagen de una auténtica identidad venezolana que se opone a una occidentalización pasiva.
Es un culto a la posesión del cual muchos eruditos destacan el carácter utilitario y mágico-religioso, mientras los fieles se dirigen a María Lionza y los espíritus para obtener ayuda en la vida diaria, a cambio de ofertas y oraciones, dando lugar a una especie de ‘negociación simbólica’. Religión, magia y sanación forman una unidad inseparable. De hecho, muchos venezolanos se están acercando al culto de María Lionza no solo para satisfacer la búsqueda de un contacto directo con las entidades espirituales a través de los mediums en trance, el sentimiento de comunidad y el apoyo psicológico; sino también para alcanzar objetivos prácticos: recibir asesoramiento y protección, curar enfermedades, deshacer hechizos y magia, eliminar el mal de ojo, y resolver problemas económicos y sentimentales.
El culto a Maria Lionza se basa en la figura mitológica de una joven India, Maria Lionza, y tiene como su principal sitio sagrado la Montaña de Sorte, en el estado de Yaracuy; está conectado con el pasado precolonial, pero al mismo tiempo es un reflejo de la modernidad y muestra una gran capacidad de diálogo con la realidad histórica, política, social y cultural.
En el culto a Maria Lionza ha convergido, además de la tradición indígena, el espiritismo de Allan Kardec —que tuvo una gran difusión en América del Sur— el catolicismo popular, el curanderismo y magia popular, la santería cubana y el vudú haitiano. Pollak-Eltz (1985) es testigo de la propagación de la umbanda brasileña en Venezuela desde la década de 1970, lo que puede haber traído nuevos elementos al culto de María Lionza, con el que tiene muchas similitudes. Las contribuciones más recientes se derivan de la Nueva Era, doctrinas esotéricas de origen norteamericano y filosofías orientales. **