Oración de las Nueve Velas

Nueve Velas

Esta vela que enciendo, en nueve días se consumirá, y las almas que invoco me protegerán con su mucho poder y todo cuanto les pido me lo habrán de conceder.

Almas angustiadas. moved el corazón de N. . . para que su corazón lleno de amor hacia mí, se acuerde y todo cuanto tenga me lo venga a dar.

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

Alma que en el cuerpo a traición mataron, infundid en el corazón de N. . . para que se le quite todo rencor y mala voluntad, que no piense más que en mí y todo su anhelo sea hacerme feliz.

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

Almas, de las que murieron cautivas de amor, mirad los pesares que estoy sufriendo, desde la mansión en que os halláis, haced que los cautivos sean mis amigos, que el rencor pase a ser cariño y que al instante todo se vuelva para mí felicidad.

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

Almas que murieron haciendo bien a la humanidad y en recompensa estaréis viendo la cara de Dios Infinito, infundid en el corazón de mis contrarios, quitad de las ilusiones y mala voluntad que por su propia boca confiesen el error en que han estado y que me pidan perdón y salga yo bien de la empresa tan grande que voy a emprender.

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

Almas todas, de las que murieron inocentes de todo delito, por vuestro padecer sin culpa, líbrenme de toda traición y velen sobre mí para que mis enemigos y contrarios no me puedan hacer daño alguno y el que intente hacérmelo, algún tormento de vuestro poder se lo quite del pensamiento.

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

Almas que moristeis en vuestra cama, mirad los pesares que estoy sufriendo, desde la mansión en que os halláis viviendo con tranquilidad y reposo, haced que saliendo del mal pensamiento de mis enemigos y contrarios vengan a darme una satisfacción y así me tomen tan crecido amor y con lazos tan fuertes, que desamarrarlos sólo de mí la muerte pueda.

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

Almas todas, las que en el Purgatorio estáis, yo os invoco como mis protectoras, para que con el gran poder que tenéis con su divina Majestad, hagáis que cuanto antes salgan de mi corazón tantos sustos y tormentos y en su lugar vengan la tranquilidad y el contento.

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

Almas todas de mi invocación, hacedme todo lo que yo quiero y solicito, desde la Santa Madre Iglesia, protéjanme, intercedan por mi espíritu al lado de Dios Sagrado, para que cuando las invoque, lo mismo de día que de noche y en todas las obras que yo emprenda salga triunfante.

(Padre Nuestro, Ave María y Gloria).