La «mágica» noche de Navidad en Sicilia
En Sicilia, la víspera de Navidad (24 de diciembre y nunca en otra fecha) siempre se ha definido como «mágica» porque las abuelas enseñan a sus nietos el arte de quitar el mal de ojo por medio de algunos rituales con agua, aceite y sal. Y en la mañana del día 25 se acostumbra esparcir las migajas de pan que sobran de la cena en los balcones, para atraer a las aves que se consideran portadoras de buena suerte.
La antigua fórmula para ahuyentar el mal de ojo, que todavía se usa prácticamente en cualquier región siciliana:
Antes de pronunciar la oración del mal de ojo, se recita la oración católica del Credo.
Luego se recita la fórmula del mal de ojo:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Te hablo con desprecio, ojo feo. Te auyento en el nombre de Dios y de María y de la Santísima Trinidad, si… (se dice el nombre de la persona a quien se le está quitando el mal de ojo) tiene el mal de ojo que vaya a dar al mar. Auyento la envidia, auyento los murmullos, auyento el mal de ojo, auyento los chismes, auyento la mala suerte, auyento el infortunio, te auyento en nombre de Dios y de María y de la Santísima Trinidad, si… (nombre) tiene el mal de ojo que vaya a dar al mar. Cinco fueron los que te vieron, cuatro fueron los que te contemplaron, tres fueron los que te auyentaron. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y la Santísima Trinidad, si … (nombre) tiene el ojo maligno que vaya a dar al mar. Fuera el mal de ojo, dentro María; fuera el mal de ojo, dentro María; fuera el mal de ojo, dentro María; fuera el mal ojo, dentro María».
Mientras pronuncia la última frase, deje caer del dedo meñique cuatro gotas de aceite en forma de cruz en un plato lleno de agua. Si las gotas de aceite se ensanchan significa que hubo un mal de ojo, si las gotas permanecen inmóviles no hubo mal de ojo.
Una vez que termina la oración, en presencia de un mal de ojo, el plato se deja reposar durante un par de horas, para que el aceite se pueda ensanchar por completo en el plato, y luego el contenido se arroja al desagüe para que pueda terminar en el mar y dispersarse.