Oraciones de protección a San Miguel Arcángel

Espada de San Miguel Arcángel

Poderosísimo defensor del pueblo de Dios contra los agentes del mal, oh luz de las luces, muro de la fe en Jesucristo, oh príncipe glorioso de la luz celestial, San Miguel Arcángel, luz de los Ángeles, que tu Santa protección descienda ahora mismo sobre mí por tu espada todopoderosa.

Que la flamante espada de San Miguel esté sobre mí, que esté delante de mí, entre mis enemigos y yo, que esté detrás de mí y me proteja de los furtivos ataques de los traidores que operan por detrás.

Espada de San Miguel, sé mi apoyo y mi defensa en la lucha.
Espada de San Miguel, pon en fuga al perseguidor de la raza humana y a sus acólitos en la tierra que han dedicado sus almas a Satanás.
Espada de San Miguel, guárdame a la derecha, guárdame a la izquierda.
Espada de San Miguel, protégeme de las trampas y emboscadas de mis enemigos visibles e invisibles.

Oh San Miguel Arcángel,
formidable instrumento de la justicia divina,
no permitas que ninguno de los agentes de la jerarquía del mal socave mi integridad física, moral y espiritual.
Confío en la provisión de tu espada que salva y protege.
San Miguel, ten piedad de mí, no me abandones nunca porque es a ti que deberé mi salvación.¹

Gloriosísimo San Miguel Arcángel

Gloriosísimo Príncipe de los Ejércitos Celestiales, San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla,
contra los principados y potestades,
contra los jefes de este mundo de tinieblas,
contra los espíritus de maldad esparcidos por el aire.
Ven a ayudar a los hombres
que Dios hizo a su imagen y semejanza
y redimidos a un precio tan alto de la tiranía del demonio.
Eres tú a quien la santa Iglesia venera como su guardián y protector:
Tú a quien el Señor ha confiado las almas redimidas,
para introducirlas en la dicha celestial.
Conjura al Dios de la paz para que aplaste a Satanás bajo nuestros pies,
para privarlo de todo poder para retener nuevamente a los hombres cautivos,
y perjudicar a la Iglesia.

Presenta al Altísimo nuestras oraciones para que, en breve,
desciendan sobre nosotros las misericordias del Señor.
Y atrapa a la antigua serpiente, que no es otra que el diablo o Satanás,
para precipitarla encadenada a los abismos,
para que nunca más pueda seducir a las naciones.²

San Miguel Arcángel, protector de los desafortunados y afligidos

Dulce San Miguel Arcángel, Espíritu Bienaventurado del paraíso, protector de los desafortunados y afligidos, recurro a ti para pedirte ayuda en los momentos de dolor, angustia y tribulación.

Muy a menudo, Dios se ha dignado, a través de tu intercesión, consolar a los más afligidos y proteger a los más débiles, como lo atestiguan las Sagradas Escrituras, y como lo testifican los Santos Padres.

Ya que yo también tengo gran necesidad de socorro, ruégale pues para que en su infinita misericordia y providencia, Él tenga a bien socorrerme.

No dejes de suplicar al Señor, te lo ruego, dulce y glorioso Arcángel, para que, si es del agrado de Dios, sea yo liberado de esta pena.

San Miguel Arcángel, no me abandones mientras imploro tu ayuda, sino tómame bajo tu protección para que, con tu ayuda, sea liberado de mis sufrimientos, tentaciones y de los peligros de este mundo. Amén.³

Escudo de la Verdad de San Miguel Arcángel

San Miguel, tú eres nuestro defensor y nuestra salvaguardia contra el mal. Coloca tu ESCUDO de verdad sobre nosotros y defiéndenos en la lucha de Satanás contra la verdad. Ayúdanos a ver el camino correcto del Amor Santo. Aclara nuestras decisiones entre lo bueno y lo malo colocándonos siempre detrás tu ESCUDO de verdad. Amén.⁴

San Miguel, valiente guerrero contra los errores, coloca tu Escudo de la Verdad sobre todas las naciones del mundo.
Ilumine los corazones de todos los jefes de gobierno para que vean cómo Satanás separa a la humanidad de la Voluntad de Dios.
Con tu Espada de la Verdad, ilumina a todos los pueblos para que comprendan que toda la vida humana es la creación preciosa de Dios y nunca debe ser destruida. No permitas que se adopten leyes que apoyen y protejan el pecado.
Con tu Espada y Escudo de la Verdad, coloca a Dios en el centro de todos los corazones y como líder de todas las naciones. Amén.⁵

San Miguel Arcángel, vencedor del estandarte de la Cruz

Oh tú, esplendor y virtud del Padre.
Oh Jesús, vida de los corazones.
Te alabamos con los ángeles, siempre colgando de tus labios.
Por ti combaten en batallones atestados miles de Príncipes de la Corte Celestial;
Pero es Miguel quien despliega como vencedor el estandarte de la Cruz, símbolo de la salvación.
Es él quien, aplastando la cabeza del cruel dragón, lo arroja al fondo del abismo,
Y desde la cima de la ciudad celestial, el líder de los rebeldes es fulminado con sus cómplices.
Por nosotros contra el corifeo del orgullo, marchemos tras este Príncipe,
Para que el Cordero desde lo alto de su trono nos dé la corona de gloria.
Gloria al Padre, al mismo tiempo que al Hijo y a ti, oh
Espíritu Santo, ahora como en un principio y por todas las edades.
Que así sea.⁶