Meditación de Domingo de Ramos
Las historias de los evangelios son frecuentemente confusas y contradictorias.
Se nos habla de que Jesús entra triunfalmente a Jerusalén vitoreado por las multitudes.
¿Pero de dónde salen estas multitudes?
Los relatos anteriores a este evento nos muestran a Jesús conversando en privado con sus discípulos. No se nos dice nada de la organización de un recibimiento especial a Jesús.
¿Qué tan popular era Jesús?
Frecuentemente se señala la contradicción de que mientras en el Domingo de Ramos las multitudes celebran a Jesús, en Viernes Santo piden a gritos su crucifixión. Esto da lugar a meditaciones piadosas, pero el hecho histórico queda en el misterio. Las multitudes entusiastas por Jesús desaparecen tan rápidamente como aparecen.
Uno sospecha que el texto bíblico está distorsionando lo que realmente ocurrió.
Mientras que hay pasajes que nos muestran a Jesús predicándole a multitudes de personas y haciendo milagros, en estos Jesús predica un mensaje nada popular, como «toma tu cruz y sígueme». O predica en parábolas, para que nadie le entienda. Y muchas veces sus sentencias son ásperas y hasta groseras. No parece que Jesús estuviera dispuesto a endulzarle el oído a las masas populares.
¿Sería popular acaso por sus milagros?
Los relatos de los milagros de Jesús son puestos en duda por los historiadores. Pero si tomamos en serio el texto bíblico, vemos que Jesús trata de ocultar sus milagros, pidiéndoles a los que son objeto de curaciones milagrosas que no las divulguen.
Este puede ser un subterfugio del texto bíblico, para explicar por qué en vida de Jesús no se supo de tales milagros. Milagros que fueron inventados después por sus seguidores para glorificarlo.
¿Era Jesús un revolucionario?
Se nos dice que los fariseos conspiraron contra Jesús por que le tenían envidia y su monopolio religioso se les iba de las manos. Pero al final quienes ejecutaron a Jesús fueron los romanos.
Tal vez la muerte de Jesús tenga que ver más con la política que con la religión. Jesús habría sido ejecutado por los romanos cuando éste intentaba hacer una revuelta popular. Esto explicaría la muerte por crucifixión, que era una forma de terrorismo de Estado para disuadir a los rebeldes contra el Imperio.
Esta historia se habría suprimido por los cristianos para no provocar la enemistad del Imperio, y librar a los cristianos de una fiera persecución. Los cristianos estaban interesados en probar que su religión era compatible con su condición de ciudadadanos del imperio. Al final siempre les persiguieron, pero la persecución hubiera sido más virulenta sino hubieran retocado su historia.
El Jesús histórico habría sido una figura viril y reinvindicativa, en contraste con algunos pasajes de los evangelios, que lo muestran como un manso cordero, dispuesto a padecer sin protesta el martirio. Jesús habría luchado por su vida, aunque solo fuera para salvar su causa.
Estas son solo unas especulaciones de parte mía. La verdadera historia del hombre Jesús permanecerá bajo el velo del misterio.