Oración a la Cabra Negra Milagrosa

La oración a la Cabra Negra es una oración de San Cipriano para amarrar a un hombre o a una mujer para que sea nuestra pareja sentimental y para obtener dinero y la victoria sobre cualquier obstáculo.

Muchas personas confunden la historia de San Cipriano —que es el brujo al que nos referimos en esta ocasión— con la de San Cipriano de Cartago, canonizado por la Iglesia Católica y conocido popularmente como el Papa Africano. Nuestro Cipriano era un brujo que dedicó gran parte de su vida al estudio de las ciencias ocultas y después de conocer a una joven se convirtió al cristianismo.

Cipriano ganó fama y prestigio al publicar su libro de recopilación de rituales mágicos, algunos de estos rituales son inofensivos y otros representan una amenaza para el alma de algunas personas (digamos las supersticiosas).

Entre estos rituales está la oración de la Cabra Negra, una de las oraciones más conocidas del libro y también una de los que más se practica hoy en día.

Algunos dicen que esta oración fue enseñada por el mismo Satanás.

Esta es una oración fuerte, por lo que resulta obligatorio prender una vela en honor a Satanás con un cuchillo apuntando a la llama. Hecho esto, deberá pronunciar las siguientes palabras:

ORACIÓN DE LA CABRA NEGRA MILAGROSA:

Cabra negra milagrosa, que por el monte subió, tráeme a fulano, que de mi mano desapareció (nombre de la persona), así como el gallo canta, el burro relincha, la campana toca y la cabra grita, así tú has de andar detrás de mí.

Así como a Caifás, Satanás, Fierabrás y el Mayoral del infierno que a todos dominan, domina a fulano, tráeme a ese cordero, aprisionado debajo de mi pie izquierdo.

Fulano, el dinero en la tina y en mi mano no ha de faltar, de sed ni tú ni yo habremos de acabar, la pistola y el cuchillo nunca nos van a herir, mis enemigos no me podrán columbrar.

La lucha la ganaré con los poderes de la Cabra Negra Milagrosa. Fulano, con dos te veo, con tres te prendo. Con Caifás, Satanás, Fierabrás».

Oración de la Cabra Negra para prosperidad

«Salve San Cipriano, haced que mucho dinero, riqueza y fortuna queden para siempre conmigo. San Cipriano traed mucho dinero, riqueza y fortuna para mí.

Así como el gallo canta, el burro rebuzna, la campana toca, la cabra negra milagrosa grita, así tú San Cipriano has de traer mucho dinero, riqueza y fortuna para mí.

Así como el sol aparece, la lluvia cae, haga San Cipriano el dinero, la riqueza y la fortuna ser dominados por mí (diga aquí su nombre), así sea.

Aplastado debajo mi pie izquierdo, con dos ojos veo el dinero, la riqueza, la fortuna, con tres yo tomo, el dinero, la riqueza y la fortuna, con mi Ángel de la Guarda pido que mucho dinero, riqueza y fortuna vengan a mí. Como una serpiente que se arrastra, que el dinero, la riqueza y la fortuna sólo se sienta bien cerca de mí, que no consiga quedarse con quien no lo merece, que no quede con ninguna otra persona que no sea yo, que atienda todos mis deseos, comprando lo que yo quiero, gastando como yo quiera, que nunca me haga sufrir por quedarme sin el dinero, que cuando duerma y despierte siempre el dinero, la riqueza y la fortuna estén dentro de mi casa, de mi bolsa, de mi bolsillo, de mi empresa o donde yo esté.

Que el dinero, la riqueza y la fortuna no puedan estar lejos de mí, que sus valores sean siempre altos, muy altos, dirigidos sólo a mí, que el dinero, la riqueza y la fortuna, San Cipriano, sean muy valiosos para mí. Que así sea. Por el poder de San Cipriano, así sea. Que mucho dinero, riqueza y fortuna en manojo, vengan detrás de mí, para que podamos tener consuelo, fama, poder, salud, ayudar a los más necesitados, tener una buena convivencia y así ser felices.

Pido a San Cipriano, que el dinero, la riqueza y la fortuna me busquen todavía hoy, pido esto al poder de las Tres almas negras que vigilan a San Cipriano, así sea. Que el dinero, la riqueza y la fortuna vengan pronto de una vez a mi casa, a mi vida, a mi empresa y a mis negocios. Que los enemigos no nos vean, no nos columbren, así sea, así será, así está hecho.

San Cipriano y las Tres Almas negras que vigilan a San Cipriano: atiendan a mi petición.