Oración penitencial de San Agustín

Oh Señor,
La casa de mi alma es estrecha;
agrándala para que puedas entrar en ella.
Es ruinosa, ¡repárala!
No es agradable a tu vista.
Lo confieso, lo sé.
Pero, ¿quién la limpiará?,
¿A quién he de implorar sino a Ti?
Límpiame de mis transgresiones secretas, Oh Señor,
y libra a tu siervo de extraños pecados.
De San Agustín de Hipona (AD 354-430)

Tomado de ChurchYear.Net