Oración a Nuestra Señora de Lourdes
María, tú que te apareciste a Bernardita en la grieta de la roca, en el frío y la oscuridad del invierno; danos el calor de tu presencia, de tu luz y tu belleza.
Nuestra vida es como un hueco, a menudo oscuro, el hueco del mundo donde el mal es poderoso. Danos esperanza, ¡restaura la confianza!
Tú que eres la Inmaculada Concepción, ven al auxilio de nosotros los pecadores. Danos la humildad de la conversión, el valor de la penitencia. Enséñanos a orar por todas las gentes.
Guíanos a las fuentes de la vida verdadera. Haznos peregrinos en el camino hacia tu iglesia. Agudiza en nosotros el hambre por la Eucaristía, el pan del camino, el pan de vida.
En tí, María, el Espíritu Santo obra maravillas, porque su poder él ha puesto con el Padre en la gloria de tu Hijo, que vive por siempre. Mira con cariño las miserias de nuestros cuerpos y nuestros corazones. Brilla para todos, como una luz suave, ante el paso de la muerte.
Como Bernardita te lo pedimos, María, con la sencillez de los niños. Haznos entrar, como ella, en el espíritu de las Bienaventuranzas. Para que aquí abajo comencemos a experimentar el gozo del Reino y cantemos contigo: ¡Magnificat!
¡Gloria a tí, María, sierva feliz del Señor, Madre de Dios, templo del Espíritu Santo!