Versículos Bíblicos sobre la Fe
Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.
Génesis 15:6, Romanos 4:3, Gálatas 3:6
Creí; por tanto hablé.
Salmos 116:10, 2 Corintios 4:13
El simple todo lo cree, mas el avisado mira bien sus pasos.
Proverbios 14:15
Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis.
Isaías 7:9
Entonces Jesús dijo al centurión: Vé, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.
Mateo 8:13
Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
Mateo 8:26
Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.
Mateo 9:22
Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal. El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.
Mateo 12:38-39
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.
Mateo 13:58
Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo: Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar. Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá. Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
Mateo 17:14-20
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.
Marcos 9:24
Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Marcos 11:22-24
Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Marcos 16:14-18
Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.
Lucas 17:5-6
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Juan 3:16-18
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Juan 11:26-27
Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Juan 14:11-14
Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Juan 20:24-29
Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
Juan 20:30-31
Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
Hechos 16:31
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Romanos 1:16-17
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Romanos 3:21-26
Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.
Romanos 4:2-5
Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia. Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.
Romanos 4:13-25
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Romanos 5:1-2
Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Romanos 10:16-17
…y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
1 Corintios 2:4-5
…si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.
1 Corintios 5:17
Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.
1 Corintios 7:14
…y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
1 Corintios 13:2
El amor… todo lo cree.
1 Corintios 13:7
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
1 Corintios 13:13
…porque por la fe estáis firmes.
2 Corintios 1:24
Por fe andamos, no por vista.
2 Corintios 5:7
No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?
2 Corintios 6:14-16
Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
Gálatas 2:15-16
De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
Gálatas 3:24-28
…porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
Gálatas 5:6
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Efesios 2:8-10
…que habite Cristo por la fe en vuestros corazones.
Efesios 3:17
…un Señor, una fe, un bautismo.
Efesios 4:5
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Efesios 6:16
…y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.
Filipenses 3:9
…manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos.
1 Timoteo 1:19
…porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
1 Timoteo 5:8
Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
1 Timoteo 6:12
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
2 Timoteo 4:7
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo.
Hebreos 3:12
Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. Pero los que hemos creído entramos en el reposo.
Hebreos 4:2-3
…acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
Hebreos 10:22
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Hebreos 11:1
Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.
Hebreos 11:1, Reina Valera 1909
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Hebreos 11:6
…que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.
Hebreos 11:33-34
…puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.
Hebreos 12:2
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
Santiago 1:5-8
Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Santiago 2:14-26
…sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
1 Pedro 1:5
…para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro.
1 Pedro 1:7
…obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.
1 Pedro 1:9
..una fe igualmente preciosa que la nuestra.
2 Pedro 1:1
…añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
2 Pedro 1:5-7
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
1 Juan 4:1
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
1 Juan 5:4
El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
1 Juan 5:10
…exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.
Judas 3
Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
Apocalipsis 14:12
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Apocalipsis 21:8
Todas las citas son de la versión Reina Valera 1960 de la Biblia, mientras no se indique lo contrario.
¿Qué es la fe? (Hebreos 11: 1) (Sermón)
Una pregunta que vale la pena hacer en este tiempo de superestrellas es: «¿Tienes una lista de héroes?» Por lo general, las superestrellas reciben ese estatus porque son buenas en algo, ya sea deporte o actuación o política. Es importante para nosotros tener gente a quien admirar, personas cuyas vidas tengan significado para nosotros. En Hebreos 11, que estamos empezando a estudiar ahora, tenemos la lista de héroes del autor, y todos tienen algo en lo que sobresalen, y es que se destacaron por su fe.
En el versículo 1, el autor presenta su sección sobre los héroes de la fe al dar una definición de fe. Él dice que la fe tiene dos características: anticipa el futuro y acepta la realidad del mundo invisible. Al poner esto al comienzo de su reporte, él está diciendo que quiere que sus lectores recuerden estos dos detalles sobre la fe mientras leen lo que sucedió en la vida de sus ejemplos de fe a los que mencionará.
En el capítulo, vemos que la fe fue ejercida en una gran variedad de situaciones, por una diversidad de tipos de personas, con una amplia gama de consecuencias. Algunos ejercieron la fe mientras vivían en tiendas de campaña, otros ejercieron la fe mientras vivían en palacios. Algunos de los que tenían fe eran altamente educados y muy ricos; otros no recibieron educación y vivieron en la oscuridad. Algunos recibieron grandes liberaciones como consecuencia de su fe; otros tuvieron que soportar grandes sufrimientos y oposición porque creían en Dios.
Cada uno de los nombres que incluye en su lista tenía defectos, con excepción de una persona. El héroe solitario es Jesucristo, de quien el escritor dice que vivió una vida perfecta de fe. Su inclusión hace que esta lista sea única porque no hay otra lista que contenga a esa persona. Cada persona en una lista de superestrellas del fútbol ha perdido muchos juegos, cada velocista en una lista de héroes atléticos ha perdido carreras, y cada político en la lista de grandes líderes ha cometido errores. Pero Jesucristo no tiene defectos.
Recuerdo haber leído sobre un predicador que dijo que cuando era joven admiraba a cierto deportista y ponía fotos de él en la pared de su habitación. Finalmente, tuvo la oportunidad de conocer a su héroe bastante bien, y descubrió que cuanto más sabía de él, más pequeño se volvía porque tenía muchas fallas. El predicador luego contó cómo se convirtió en un creyente en Jesús y cómo lo fue durante treinta y cinco años. Durante estos años había llegado a conocer a Jesús, y dijo que cuanto más se acercaba a Jesús y lo conocía mejor, más grande se hacía. Jesús debe ser nuestro héroe.
Esto aplica para aquellos de nosotros que estamos decepcionados por lo que descubrimos en aquellos a quienes admiramos, ya sea en el mundo o en la iglesia. Cada año, los políticos y los deportistas nos dan motivos de decepción cuando descubrimos cómo son realmente. Y nos hemos decepcionado con los líderes cristianos a quienes admiramos. Pero Jesús nunca nos decepciona.
Si bien las diferencias en las vidas de las personas en esta lista tienen su valor, no son lo más importante sobre ellas en lo que respecta al propósito del autor. En cambio, debemos buscar cómo estas personas miraban hacia el futuro y también tenían en cuenta el mundo invisible en todo lo que hacían. A veces tendemos a enfocarnos en las consecuencias de la fe y las usamos para juzgar el nivel de fe. Por ejemplo, elogiamos con razón la fe de George Müller, ya que proveyó para todos los niños en sus orfanatos. Sin embargo, ¿era su fe mayor que la de un cristiano llamado a una vida de sufrimiento por Cristo, quizás encarcelado lejos de su familia y amigos durante muchos años? Para ponerlo en el contexto de Hebreos 11, ¿fue la fe de Abraham mayor que la de Abel? El capítulo no indica que lo haya sido, y creo que se debe a que la fe de cada hombre contenía estas dos características de mirar hacia el futuro y de contemplar continuamente el mundo invisible.
Estas dos características nos muestran que la única fe que es válida es la fe en Dios. La fe, en sí misma, es sólo una opinión o una actitud. Puede ser fuerte o débil. En cierto sentido, no importa si es fuerte o débil en lo que se refiere a la seguridad. Por ejemplo, no hay ninguna diferencia, en lo que respecta a pasar de manera segura al otro lado, si una persona que cruza un puente tiene una fe fuerte o débil. Hay una diferencia en su disfrute del cruce si la fe es fuerte, pero no en su seguridad. La fe fuerte no lo hace más seguro y la fe débil no lo hace menos seguro. Lo importante es la seguridad del objeto de su fe, que en este ejemplo es el puente.
La fe aquí tiene que ver con las promesas relacionadas con el futuro. Es obvio que la única Persona que puede hablar con autoridad sobre el futuro es Dios, porque él es el único que sabe lo que sucederá y es él quien controla lo que sucederá. Por lo tanto, la fe se basa en lo que Dios ha dicho sobre el futuro en su Palabra.
Del mismo modo, la fe está convencida sobre el mundo invisible, las cosas que no se ven. La única Persona que puede hablar sobre ese mundo es alguien que vive allí y, para que nosotros sepamos sobre él necesitamos que esa Persona venga a nuestro mundo visible para hablarnos sobre el mundo invisible. Sabemos quién es esa Persona: Jesús, el Hijo de Dios.
Una de las razones por las que este capítulo está incluido en el Libro de Hebreos es que había muchos que estaban en peligro de poseer una fe temporal. El libro fue escrito para desafiar a algunos lectores que estaban considerando abandonar el cristianismo y regresar al judaísmo y animar a otros a permanecer fieles a la fe. Jesús también se refirió a la fe temporal en la parábola del sembrador. En esa parábola, él menciona cuatro tipos de respuesta al evangelio. El primero es el rechazo al momento de escucharlo, el segundo es el rechazo causado por la persecución, el tercero es el rechazo causado por problemas, mientras que el cuarto responde a las instrucciones de Cristo. Por lo tanto, es importante para nosotros ver si nuestra fe es genuina o no.
Por estas razones, es importante para nosotros comprender lo que dice el autor sobre la fe.
1. La fe nos permite ver el futuro.
Supongo que podríamos decir que la fe es como un telescopio o como binoculares. Podemos imaginar una situación en la que dos personas miran en la misma dirección; uno de ellos solo ve lo que está cerca, pero el otro, por tener un telescopio, puede ver lo que está sucediendo en la distancia. La persona sin el telescopio es como un incrédulo; la persona con el telescopio es como un creyente.
Se dice que la fe de esta persona es la «certeza» de las cosas que se esperan. La idea detrás de esta palabra es que la fe hace su objeto tan real que vivo mi vida de acuerdo con ella. La palabra se usaba en el mundo antiguo para «títulos de propiedad». Una persona que tiene los títulos de propiedad de un bien ajusta su vida de acuerdo con lo que dice. Del mismo modo, si creo que un policía está a la vuelta de la esquina con una pistola de radar, mi fe me hará mantener el límite de velocidad. Si un estudiante cree que hay un premio a la mejor calificación, su fe lo hace estudiar más. Aplicada de manera espiritual, mi fe en ciertos eventos futuros me hace vivir de cierta manera hoy.
Los creyentes ven esas cosas por causa de las promesas de Dios, especialmente en relación con Jesucristo. Alimentan a sus almas con estas promesas y descubren que ellas pueden afectarles ahora, incluso si están principalmente relacionadas con eventos futuros. A veces, las promesas transmiten al pueblo de Dios un anticipo, por así decirlo, de la realidad completa que algún día experimentarán. Esto sucede porque el Espíritu Santo está dentro de ellos como las primicias de lo que recibirán de Dios en su plenitud algún día.
¿Cuáles son algunos de los eventos futuros que un creyente puede ver? Por ejemplo, puede ver su muerte. No quiero decir que él sepa cuándo morirá, sino que se da cuenta de que algún día morirá. También sabe porqué morirá. La muerte sucederá porque somos pecadores. Ya es una señal del juicio de Dios y conduce a un juicio mayor: el destino dispone que los hombres mueran una vez y después de la muerte el juicio. Por lo tanto, el creyente es una persona que se ha preparado para el evento futuro de su muerte. Lo hizo al entregar su alma a Jesucristo. Escuchó el evangelio y su contenido le hizo reevaluar los propósitos de su vida. La información que proporciona sobre la persona y la obra de Jesucristo le permite prepararse para la muerte.
Otro evento futuro que el telescopio de la fe trae a la perspectiva del creyente es el Día del Juicio. Le dice que aún falta un día para que todo se revele. En ese día, cada pensamiento, palabra y acción serán juzgados y se darán las sentencias apropiadas. La realidad de este juicio futuro le impide decir o hacer muchas cosas. Si bien habrá grados de castigo, el menor castigo es más de lo que podemos imaginar. Todo pecado merece la ira y la maldición de Dios tanto en esta vida como en la venidera. La posibilidad de responder ante Jesucristo, el Juez, por todos los actos pecaminosos llena la fe con un sentimiento de temor. El hombre de fe quiere ser anunciado como perdonado en ese gran Día, por lo tanto, se dirige ahora a Cristo para obtener perdón.
Un tercer evento que el telescopio de la fe trae a la comprensión del futuro del creyente es la realidad de los nuevos cielos y la nueva tierra. Para él, el cielo no es solo el lugar donde espera estar al final. Más bien, él vive su vida ahora sabiendo que en el cielo hay una gran recompensa prometida a aquellos que permanecen leales a Cristo. El conocimiento de la felicidad futura lo ayuda a someterse a pruebas, a soportar la oposición y a poner un verdadero valor en las cosas terrenales. Y anticipa recibir de Jesús la futura herencia que se le ha prometido.
Por supuesto, hay promesas conectadas a la vida espiritual que permiten a los creyentes tener seguridad sobre lo que esperan mientras están en la tierra. Sin embargo, es inevitable que esas experiencias difieran entre los creyentes, mientras que los eventos que acabamos de mencionar involucrarán a todos los cristianos. Tienen que anticiparlos por fe.
2. La fe nos permite ver al Dios invisible
Vinculada a estos ejercicios de fe está la actitud de esperanza o confianza con respecto a las cosas invisibles. La esperanza aquí no es un vago optimismo sino una expectativa segura de que Dios hará lo que ha prometido. Esto significa que un creyente debe entender el carácter de Dios lo suficiente como para hacer que crea lo que ha prometido. No creemos una promesa por su gran contenido, sino por el carácter y los recursos de la persona que la realiza.
Cuando el autor se refiere a cosas que no se ven, es probable que se refiera al mundo espiritual. Podría significar las cosas que aún no han aparecido, pero creo que se está refiriendo al reino invisible de Dios tal como existe actualmente. Después de todo, cada creyente es evidencia de que tal realidad existe. El mejor lugar para buscar lo que el escritor quiere decir con la evidencia de cosas no vistas es ver si ha mencionado la idea en otra parte. En el versículo 27, dice de Moisés que «perseveró, como viendo al invisible». Moisés hizo lo que hizo porque tenía puestos sus ojos en Dios, lo que significa que sabía cómo era Dios.
Obviamente, el carácter de Dios es un tema demasiado extenso para considerarlo en un sermón. Sin embargo, podemos considerar brevemente algunos aspectos de su carácter para ayudarnos a evaluar si tenemos fe en él o no. ¿Qué ve un creyente en Dios? Reflexionemos brevemente sobre algunos aspectos del carácter de Dios.
Primero, Dios es temible en su santidad; así es como la Biblia lo describe. Santidad es otra palabra para la perfección, aunque enfatiza que tal perfección es exaltada por encima de todos los otros tipos de ideales estándares. No hay defectos en Dios, ni hay rasgos fallidos en su carácter. Nunca ha aprobado nada que esté en contra de sus estándares y nunca lo hará. En comparación con él, los mejores humanos son extremadamente imperfectos. Porque él es santo, juzgará a todos los culpables de impiedad. Es por eso que es temible.
Segundo, la Biblia revela que Dios es ferviente en su amor hacia los pecadores. Su gran amor se revela en el evento histórico de la entrega de su Hijo para que sufra en la cruz en lugar de los pecadores, y cargando así el juicio de Dios. Y él ama a su gente con un amor infinito y ha predeterminado mostrar su amor por ellos para siempre.
Tercero, la Biblia revela que Dios perdona nuestros pecados cuando le pedimos misericordia, cuando nos encomendamos a su cuidado. No importa cuáles sean estos pecados, Él nos perdonará si nos arrepentimos de ellos y pedimos perdón. Algunas veces podemos comenzar a dar por sentada esta gran bendición, y si nos encontramos haciendo eso, deberíamos arrepentirnos de tal perspectiva.
Cuarto, la Biblia revela que Dios es fiel a sus promesas, que no hay una que él olvide cumplir. En lo que se refiere a la salvación, se asegurará de que todos los que confían en él, a pesar de sus experiencias terrenales, puedan llegar al cielo sin peligro. Será maravilloso mirar hacia el final de nuestras vidas y ver cómo el Señor cumplió todas las promesas que había hecho a su pueblo.
Quinto, Dios es padre para sus hijos. Cuando creemos en Jesús, nos convertimos en miembros de la familia de Dios, adoptados como sus hijos. El Espíritu Santo mora en nosotros y crea un anhelo por la reunión familiar final en la casa del Padre al término de la etapa actual en la historia humana.
Un cristiano, uno con fe en Dios, dice que Dios es todas estas cosas. Debido a que Dios es todas estas cosas, el creyente puede enfrentar los diferentes eventos futuros que consideramos anteriormente. Entonces, cuando lee lo que les sucedió a los creyentes mencionados en este capítulo, puede deducir que también es posible para él vivir por la fe.1