Oración a San Sebastián contra los enemigos y contra todo mal

Oh mi glorioso mártir San Sebastián,
fiel soldado de Jesucristo,
martirizado, herido y perforado por flechas afiladas,
al pie de un naranjo,
por el amor de Jesucristo,
Hijo vivo y Omnipotente,
Creador del cielo y de la tierra.

Yo, criatura de Dios, imploro
tu intercesión divina ante Dios,
a los santos, a los ángeles y a todas las entidades que están
en la divina presencia de la Trinidad.

Ruego tu ayuda
y tu protección para cuidarme,
defiéndeme de mis enemigos donde quiera que vaya,
en los viajes, cuando duermo, cuando me despierto,
cuando trabajo, cuando hago negocios;
a mis adversarios quítale las fuerzas,
destruye el odio, la venganza, la ira
y cualquier mal que puedan idear contra mí.

Que tengan ojos y no me vean,
manos tengan y no me atrapen
ni me hagan mal alguno,
que tengan pies y no me sigan;
que sus bocas nunca puedan pronunciar
mentiras contra mí,
que las armas no tengan el poder de hacerme daño,
cuerdas y cadenas no me aten,
que las prisiones me abran las puertas,
giren las llaves solas en las cerraduras,
que me salve de la guerra, y que mi cuerpo
esté cerrado a todo mal que pueda dañarme:
Hambre, enfermedad o guerra.

Voy con los poderes de Dios Padre,
Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo.
con el concurso de la Sagrada Familia;
por las siete espadas de los dolores María Santísima
me cubra con su divino manto
y haga huir a mis enemigos.

Yo, criatura de Dios,
cerraré las puertas de mi cuerpo a los peligros,
a los naufragios, accidentes y adversidades del destino.

Con Dios iré, serviré,
viviré y seré feliz.

Perdona mis pecados
y recuérdame en el Paraíso
como te acordaste del buen ladrón
en la cruz del Calvario.

Amén.

Rezar tres aves marías, tres padres nuestros y tres glorias
en ofrenda a San Sebastián,
a María de los Dolores
y a las cinco llagas de Jesús.