Oración de Protección Evangélica

¡Padre! Te doy gracias porque tus palabras en mi vida son espíritu y son vida, te doy gracias Señor por tu protección en mi vida, me apoyo en tu palabra y confieso que eres mi luz y mi salvación, ¿de quién tendré miedo? Eres el sostén de mi vida, ¿de quién temeré?

Cuando los malos avanzan contra mí para devorar mi carne, son mis perseguidores y mis enemigos los que tambalean y caen. Me niego a tener miedo al mal porque sé que la mano poderosa de mi Dios está sobre mí y estoy lleno de confianza en el nombre de Jesús. Creo en mi corazón y confieso con mi boca que soy un hijo de Dios y mi padre celestial nunca permitirá a mis enemigos tocar mi vida.

Declaro que estoy bajo la más alta protección porque la palabra de Dios me dice que mi vida está escondida con Cristo en Dios en los lugares celestes. Me levanto ahora y cubro mi vida y la de mi familia con la sangre de Jesús. Creo y confieso que bajo la sangre de Jesús el diablo no puede hacerme nada porque la palabra de Dios declara que lo he vencido por la sangre del Cordero y por la palabra de mi testimonio, por eso confieso que mis enemigos son derrotados por la sangre de Jesús y que soy más vencedor en el nombre de Jesús.

Creo y confieso que mi vida está en manos de Dios, así que declaro que soy intocable, invencible y que soy indestructible. Ninguna acción de brujería puede alcanzarme, ninguna acción de ocultismo puede tocarme, ninguna obra del maligno puede tener éxito en mi vida. Declaro nulo y sin efecto todas las obras de odio y celos dirigidas contra mí en el nombre de Jesús.

Declaro como hijo de Dios, que soy una piedra viva, si el enemigo intenta caer sobre mí será quebrantado y si caigo sobre él será aplastado. Confieso que quien se interponga contra mí caerá bajo mi poder, cualquier arma forjada contra mí no tendrá efecto y toda lengua que se levante en justicia contra mí será condenada en el nombre de Jesús.

Creo y confieso que el Eterno es mi pastor, aunque camine en el valle de la sombra de muerte no temeré ningún mal porque está conmigo y declaro que ando y vivo en paz en el nombre de Jesús.

Me mantengo en la palabra de Dios ahora y tomo autoridad sobre todas las potencias del miedo, las espanto de mi vida en el nombre de Jesús.

Creo y confieso que no tengo miedo de nada ni de nadie y no temeré ninguna situación porque nunca estoy solo sino que el Señor está conmigo. La Palabra declara que Dios es para mí un refugio y un apoyo, un socorro que nunca falta en la angustia, por eso estamos sin miedo incluso cuando la tierra se conmociona y las montañas tambalean, incluso en medio de las luchas y combates, sé que el Eterno de los ejércitos está conmigo, el Dios de Israel es para mí un alto refugio.

Porque que te amo o Eterno, ¡me liberas y me proteges! Porque conozco tu nombre, te invocaré y tú me responderás, estarás conmigo incluso en la angustia, me librarás y me glorificarás en el nombre de Cristo Jesús. ¡Amén, Amén!