La Energía Mental como Fuente de una Prolongada Juventud

Por: Ingo Banghard

Desde su nacimiento el hombre está sujeto a una transformación biológica y se acerca hacia el día de su destino. Desde el inicio la vida se desenvuelve según el patrón de factores hereditarios de los genes.

Por lo tanto, el envejecimiento no se compara con un vencimiento biológico en analogía con un desgaste de una máquina si aceptamos las conclusiones de la ciencia que el proceso de envejecer depende de los genes.

¡Vencimiento! Una palabra mágica que se apoderó injustamente de la opinión pública; una persona no se vence como un aparato con el paso de los años.

La vida orgánica con su estructura celular y su capacidad de regeneración y evolución tiene cualidades muy superiores. Siendo el organismo capaz de curarse y de adaptarse a las condiciones ambientales, no está sujeto a un desgaste físico.

La naturaleza genética de la vejez está comprobada científicamente. Como objeto de estudio sirven enfermedades de un acelerado envejecimiento; son anormalidades raras pero ayudan a entender el proceso de envejecer.

El enfermo se parece a un anciano con una mentalidad infantil. En su niñez y con menos de diez años se envejece. En pocos años se convierte físicamente en un anciano y ningún tratamiento médico puede detener el proceso.

Semejantes observaciones sirven de base para mostrar que la edad no se deja manipular por las condiciones físicas. El proceso de envejecer sigue su ruta genética sin desviarse a causa de actividades deportivas y de alimentación.

¿Cuáles son las esperanzas de la humanidad femenina con sus actividades de belleza? No hay pruebas de una efectividad duradera de cosméticos o sustancias hormonales como factores influyentes en el proceso de envejecer.

¿Cuál es el propósito de tratamientos especiales, a veces exóticos, de programas de reactivación y gimnasia? ¿Podemos detener el tiempo? ¿Nos ayudan para preservar la juventud?

¡Qué ilusión, nutrida de vanas esperanzas! Somos preprogramados para una transformación biológica y para morir en determinado tiempo según la información que nos dictan los genes.

La composición celular y química de los organismos es similar, lo que confirma la predestinación genética de las edades. De otro modo no existirían diferencias tan grandes entre las especies, puesto que sus órganos se componen de la misma materia con una durabilidad idéntica.

La duración de vida de las especies es muy irregular y definido en el código genético. Así el hombre vive 80 años, el gato doce años, la lora unos sesenta años, los gansos grises 120 y algunas tortugas 180 años.

La filosofía del desgaste no cabe en la biología, aunque deben existir causas influyentes que provocan un desarrollo físico tan diversificado; Algunas personas lucen más jóvenes y otras más viejas comparado con el número real de sus años.

Atletas de avanzada edad en el boxeo, el fútbol y otros deportes a veces nos sorprenden por su admirable capacidad física. Semejantes reflexiones dan testimonio de factores que interfieren en el proceso de envejecimiento.

De acuerdo con los datos estadísticos recogidos en Europa, la vida del campesino es más corta que la vida del individuo que mora en las grandes ciudades.

De igual manera se observó que el animal en cautiverio vive menos tiempo que en libertad.

Ambos casos dan testimonio de influencias ambientales en la edad de los individuos, pero su fuerza motriz viene de las presiones psicológicas. La libertad y el cautiverio influyen la mente y la calidad de vida.

El hombre de la ciudad tiene las condiciones físicas en su contra pero las condiciones mentales en su favor. La ciudad ofrece mayores posibilidades que el campo para desarrollar su personalidad para asociarse, divertirse y activarse lo que influye en la duración de la vida.

Por otro lado, el aire contaminado, la vida agitada, la alimentación y otros criterios físicos aparentemente no tienen mucho que ver con la edad de las personas.
Los ancianos que pasan los ochenta y cien años se parecen en su manera de vivir. Son personas positivas dedicadas al trabajo e interesadas en la comunidad. Casi siempre tienen una familia grande en su alrededor.

Es posible que han fumado toda la vida o toman café, pero no son grandes consumidores de medicinas. Raras veces consultan a un médico y nunca se sometieron a operaciones quirúrgicas.

En resumen la mente es la fuente de vida capaz de ejercer una influencia positiva en La biología. La reacción viceversa entre el estado mental y el organismo ya es tema de la ciencia desde hace varios años. Ya sabemos con certeza científica que la mayoría de las enfermedades son de un carácter psicosomático o sea de una naturaleza interactiva entre el espíritu y el cuerpo.

Pero la ciencia se limitó hasta este nivel de reconocimiento. Las leyes sobre los efectos psicosomáticos son tema de La Biblia; nos enseña detalladamente como hacer uso de la mente para controlar la física. El espíritu domina el cuerpo.

El hombre interno sus pensamientos, deseos e intenciones representan la energía espiritual capaz de ejercer una influencia creativa sobre la composición de los genes.

Una mente sana y positiva es la fuente de vibraciones armónicas que influyen nuestra existencia y la armonía espiritual nos abre el camino a la Sociedad del Porvenir cuya gloria descansa en el poder creador del pensamiento.

Ciertamente no es La sociedad mistificada y nutrida de falsas ilusiones que cultivan los fanáticos religiosos. El hombre ya tiene la capacidad biológica de una vida mejor, pero no tiene el conocimiento ni la madurez mental para poder controlar su lado físico.

El pensamiento es el poder creador fundamental. La biología se activa, reacciona y se transforma según los deseos de la mente. Con nuestros pensamientos creamos los modelos para todo lo que ha de ocurrir en nuestro microcosmos.

Con el pensamiento concentrado creamos la forma de lo que queremos ser. Según este patrón, si le damos bastante consistencia, seremos modelados nosotros, nuestras condiciones y nuestro cuerpo.

La fuerza mental es el único medio para perfeccionar la composición genética de acuerdo a los designios individuales. Los pensamientos intensos, definidos, repetidos con insistencia son el poder creativo, dado a cada persona.

Si los nutrimos y les prestamos una atención regular, cumplirán fielmente nuestros mandatos; sea cual fuere la cualidad que imprimimos en ellos.

No me refiero a ideas fluctuantes o superficiales. En pos de lograr un efecto en el organismo se requieren pensamientos concentrados como los deseos de una persona que quiere mejorar sus facultades físicas.

Artistas, profesionales y deportistas enfocan la mente en sus actividades cotidianas con el fin de perfeccionarlas. La fuerza espiritual concentrada es capaz de activar la biología para proveer las condiciones físicas que exige la meta proyectada. El conocimiento práctico del poder creador del pensamiento es parte fundamental de todas las religiones aunque su valor nunca fue entendido y apreciado debidamente.

—-
Tomado de un viejo número de Hablemos Claro. (No sé cual es, pues sólo dispongo de una fotocopia)

Posts relacionados