Creo, ¡oh glorioso apóstol San Judas!, que estás en el cielo a la diestra de Jesucristo, contemplando la faz divina, poseyendo a Dios, engolfado en delicias mil que constituyen tu eterna felicidad. Correspondiste a los privilegios de Jesús con lealtad constante, y le amaste y le serviste con todo el corazón. Tu celo te hizo volar a dilatadas regiones para sembrar en el corazón de las multitudes la simiente prolífica de la verdad y del bien. En pago de tantos

Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador. Consejos del monasterio: cómo una religiosa dice «la oración» La oración de Jesús es una parte integral de la vida monástica ortodoxa. Es, sin duda, una parte integral de la vida de oración personal de cada cristiano ortodoxo. En el pasado, muchos monjes y laicos aprendieron el Salterio de memoria para adquirir una memoria constante de Dios. Pero ya no es necesario ahora que hemos heredado esta forma perfecta de

San Juan Crisóstomo. Oh, mi Dios y Señor misericordioso,Jesucristo, lleno de piedad:Por tu gran amor descendistey te encarnaste para salvar a todo el mundo.¡Oh Salvador, te pido que me salves por tu gracia!Si salvaras a cualquier persona por sus obras,eso ya no sería gracia, sino únicamente recompensa por el deber,¡Pero Tú eres compasivo y lleno de misericordia!Tu has dicho, oh Cristo,«Quien cree en mí vivirá y nunca morirá»,Si, pues, la fe en Ti salva a los perdidos, sálvameOh, mi Dios